El pueblo Nasa Sa´t Kiwe La Florida de Mocoa, Putumayo, al interior de su mandato, prohibió la caza y las actividades de deforestación en su territorio, además, fortaleció la guardia indígena para proteger el jaguar y otras especies amenazadas.
Con el fin de proteger los jaguares y felinos de gran tamaño que, en los últimos años venían desencadenando conflictos con los colonos y ganaderos del Piedemonte Amazónico, el pueblo Nasa del resguardo indígena Nasa Sa´t Kiwe de La Florida en Mocoa (Putumayo), prohibió la cacería de fauna silvestre y ordenó la protección y conservación de 8.450 hectáreas de su territorio.
“Había ataques en el territorio, tres a cuatro veces al mes en las unidades productivas; los felinos mataban los terneros, los potros, los pollos y todas las especies menores porque los vecinos cazaban la fauna silvestre, quitándole de esta forma su alimento; entonces formulamos esta iniciativa que nos ha dejado grandes resultados”, explicó Kelly Tatiana Anacona, autoridad tradicional del resguardo.
Esta iniciativa fue financiada por el programa Amazonia Mía de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la cual incluyó la actualización del mandato de la comunidad indígena, lo que permitió la incorporación de la prohibición de la cacería, tanto para los comuneros como para los extraños; también se demarcaron senderos y se fortaleció la guardia indígena por parte de los mayores.
Adicionalmente, se les dotó de herramientas para atender emergencias y reportar a la autoridad ambiental sobre actividades de deforestación, contaminación de las fuentes hídricas o actividades de caza de fauna silvestre. Según Martha Sofía López Pantoja, una de las ´cuidanderas’, como se les llama a los integrantes del organismo de defensa del territorio, “el rol que nosotros asumimos es cuidar, cuidar todo lo que nos está rodeando, no solo el jaguar, sino también otras especies como las aves”.
Como complemento, se están reforestando 200 hectáreas del corredor biológico, cerca de las cuencas hídricas de las quebradas Las Mesas, La Amarilla, Tinamú, Pájaro Buey, Las Pavas y el río Guineo, que estaban degradadas por la ampliación de la frontera agrícola; esta actividad incluyó la recolección y siembra de 8.000 semillas de especies vegetales que sirven de alimento a la fauna silvestre como: palma de milpés, guama, chontaduro y badea, entre otras.
“El otro motivo por el cual es muy importante esta iniciativa, es porque el resguardo está ubicado en una zona absolutamente clave para la conservación de la biodiversidad y para el mantenimiento de la conectividad entre los Andes y la planicie Amazónica, es una zona del Piedemonte donde nacen varios ríos, que más adelante surten acueductos”, dijo Roberto León Gómez Charry, director del programa Amazonia Mía de USAID.
Vale la pena destacar el trabajo realizado por el grupo de monitoreo biocultural del resguardo, que logró a través de cinco cámaras trampa, el registro de 16 especies de mamíferos en perfectas condiciones de salud, entre ellos, felinos como el jaguar (Panthera Onca), el puma (Puma concolor), y125 especies de aves.
Estos registros, sumados a los de flora, se publicarán en una cartilla que servirá de consulta para la comunidad, fortaleciendo las prácticas culturales de conservación por parte del pueblo Nasa con la Uma Kiwe (naturaleza).