Hoy comienza el primer día de la cuaresma y se celebra la fiesta del Miércoles de Ceniza, una de las tradiciones más sagradas de la iglesia católica. Se pone en marcha un periodo de 40 días en los que se realizan los preparativos de la celebración de la Pascua.
Redacción Web/LN
Hoy comienza oficialmente la cuaresma, un periodo de 40 días en los que el mundo católico se prepara para la Semana Santa, que en este 2022 comienza el domingo 10 de abril y finaliza el 17 del mismo mes.
Inicios
La tradición de imponer la ceniza se remonta a la iglesia primitiva. En aquel entonces las personas se colocaban ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo.
La costumbre de imponer la ceniza tiene su raíz en el judaísmo; en esta religión se recurría literalmente a esta simbología para expurgar los pecados, y también se cubrían de ceniza para preparar una fiesta importante en el calendario anual.
Los católicos adoptaron la costumbre, que en un principio tenía también su matiz iniciático en el momento de la conversión pública. A partir del año 384 A.C., “la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos”.
La imposición de la ceniza tal y como la conocemos cumple ahora un milenio, ya que Roma la adoptó formalmente a partir del siglo XI. Durante la Cuaresma se pide a los creyentes que ayunen y se abstengan de comer carne el Miércoles de Ceniza y todos los viernes posteriores hasta el Domingo de Resurrección.
Pero, ¿Por qué un miércoles?
Según historiadores, su función está descripta en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, más precisamente en el artículo 125 del “Directorio sobre la piedad popular y la liturgia”.
“El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el Rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la Liturgia del Miércoles de Ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”.