El centro de estudios económicos Anif realizó un informe exponiendo las buenas, malas y regulares noticias en la economía. Dependiendo de los indicadores que se miren, el balance de 2024 puede ser muy diferente, anota.
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@cate_manchola
En síntesis, el balance del 2024 es agridulce, concluye en su informe el centro de estudios económicos Anif, donde expone qué fue lo bueno, lo regular y lo malo del presente año en materia económica. De acuerdo con los expertos, dependiendo de los indicadores que se miren, el balance puede ser muy diferente.
La desaceleración en la inflación hace parte de los aspectos positivos; la disminución en la tasa del desempleo y el crecimiento de la actividad económica entra en lo regular, y lo malo sin duda se relaciona con las cuentas fiscales del Gobierno. ¿Por qué?
Explican los expertos que indudablemente los resultados de la inflación en lo corrido del año han sido la buena noticia de 2024 y se traduce en un alivio para los hogares y las empresas.
Lo bueno: inflación
Detallan que según los últimos resultados, en noviembre de 2024 el dato anual fue de 5,20%, lo que demuestra la disminución marcada que se ha observado desde el cierre de 2023 (9,28%). Indica el informe que la tendencia decreciente de la inflación ha resultado, en gran medida, gracias a la respuesta del Banco de la República, que aumentó la tasa de política monetaria a un nivel máximo histórico en el siglo XXI (13,25%) para controlar la inflación.
Con ese comportamiento, en Anif estiman una inflación anual del 5% para diciembre de 2024, en línea con lo que estiman otros analistas, indicando una reducción respecto al dato de 2023. Aun así, la inflación se mantendría por encima del rango meta fijado por el Banco de la República (2% a 4%). Ahora bien, se espera que en 2025 la inflación continúe disminuyendo y entre en el rango, ubicándose alrededor del 3,8% anual al final de año.
Lo regular
Por su parte, el crecimiento de la actividad económica y el nivel de desempleo entran en “lo regular” de 2024. Explican los expertos que el crecimiento económico, a pesar de mostrar señales de recuperación, sigue siendo bajo.
En lo corrido del año al tercer trimestre el PIB se ha expandido 1,6% anual, dato mucho mayor que el observado en el mismo período de 2023 (0,7%). Sin embargo, esta recuperación ha sido heterogénea entre sectores productivos.
Algunos sectores que venían mostrando crecimientos negativos desde hace varios trimestres se han recuperado, como la construcción, mientras otros, como la industria, se mantienen en terreno negativo. Por su parte, sectores como las actividades artísticas y la administración pública han mantenido su buen desempeño, y otros sectores como el agro se han reactivado de manera importante. Pero, pese a lo anterior, el crecimiento del PIB se mantendría por debajo de su potencial en 2024. En Anif esperan que este sea de 1,8% al final del año.
Y en cuanto al desempleo, los resultados en lo corrido del año han sido agridulces, pues, aunque la tasa de desempleo ha continuado disminuyendo, alcanzando 9,1% en octubre de 2024, luego de haber empezado el año en 12,7%, por otro lado, la tasa global de participación ha disminuido en varios meses del año, lo cual evidencia una salida de personas de la fuerza laboral.
Analiza la Anif que en algunos meses la disminución del desempleo se ha explicado principalmente por esa caída en la tasa global de participación, en vez de un aumento en la ocupación, lo que deja un sinsabor en cuanto a las cifras.
Además, en lo corrido del año el desempleo promedio ha sido de 10,5%, superior a lo observada en el mismo período de 2023. Así, pese al mejor desempeño económico, el desempleo de 2024 (10,3% según las proyecciones de Anif) se ubicaría levemente por encima del dato observado hace un año (10,2%).
Lo malo: mala salud fiscal
Para terminar, lo malo de 2024 definitivamente se relaciona con las cuentas fiscales del Gobierno. La tendencia observada en el recaudo durante este año no ha estado en línea con lo esperado por el Gobierno.
Algunas fallas como el error de calibración del anticipo de renta del 2023, que impulsó el impuesto de renta en ese año, afectaron gravemente el recaudo por ese concepto en esta vigencia. Además, litigios y transacciones de una única vez contempladas dentro de las expectativas de recaudo, al no materializarse, también afectaron la meta.
Además, la menor actividad económica también redujo la causación de impuestos, particularmente en renta e impuestos externos.
Así las cosas, los expertos concluyen que la situación fiscal a lo largo del año ha estado apretada y, a medida que se acerca el cierre del año, no cede la incertidumbre sobre el cumplimiento (o no) de la regla fiscal. Por eso, lo ocurrido en 2024 debe servir de ejemplo para 2025.