Y es que si bien es cierto, existe una sentencia en la cual se exige el desalojo del parque San Francisco, ésta también es clara al señalar que el proceso se debe ser cumplido en la medida en que se mejore la calidad de vida de las personas que allí se encuentran.
En los últimos años éste sector de la ciudad, al igual que otras calles del centro de Florencia se ha caracterizado por la congestión vehicular, la contaminación ambiental, visual y auditiva, impidiendo la buena movilidad de los peatones y los vehículos.
Sin embargo aún y con todos estos problemas decenas de personas llegan a diario hasta este punto de la ciudad desde muy temprano para tener el mejor lugar y tener una buena venta durante el día.
La idea es poder llegar a sus hogares con algo de dinero tal vez para pagar el arriendo de una pieza o para llevarle de comer a sus hijos y familiares, quienes los esperan con gran anhelo y una sonrisa de cómo dirían de oreja a oreja.
Ese es el caso particular de Ana Rosa* quien vende el popular mango con sal en una de las esquinas del parque Santander. Ana Rosa es una mujer de aproximadamente 54 años de edad, ella al igual que otros vendedores llegan muy temprano al parque para ubicar su carreta. Al llegar allí se persigna y le pide a Dios para tener una buena venta.
Según cuenta la vendedora, así como hay días buenos, hay otros malos, aún así no se da por vencida y todos los días llega con el mismo optimismo a vender esa fruta que es apetecida pro muchos y la cual a algunos les gusta con sal, leche condensada y limón.
Ana Rosa le contó a LA NACION que esta es su única alternativa de sustento, porque no cuenta con otros ingresos y tampoco ha encontrado otro tipo de trabajo por su edad, pues según ella ya está un poco viejita y achacada. Esta mujer quien fue víctima de la violencia y debió salir desplazada de Valparaíso, no tuvo más opción que salir de este municipio con la ropa que tenía puesta y con sus dos hijos, uno de un mes y otro de dos añitos.
Esta madre cabeza de familia no tuvo más alternativa que llegar a la capital y en medio del rebusque logró conseguir un plante para empezar a trabajar. Poco a poco fue consiguiendo los elementos con los que hoy en día trabaja en su carreta de mangos y con la que le lleva el sustento a sus pequeños hijos.
Al igual que Ana Rosa, decenas de vendedores tienen historias parecidas y de acuerdo a las condiciones se han visto obligados a trabajar informalmente por la falta de oportunidades en la ciudad.
Una voz líder
Después de dos años la sentencia de desalojo del parque San Francisco no se ha cumplido. En primer lugar porque la administración anterior no realizó al menos un censo y en segundo porque la actual hasta ahora está conciliando con los vendedores, quienes son conscientes de que están ocupando un lugar público que es de todos.
Pero aseguran no poder salirse de estos sitios, dado que no tienen otra forma de conseguir el sustento para sus familias.
José Didier Poveda Morales, presidente de los vendedores del parque Santander, dio a conocer que si bien es cierto hay una sentencia desde hace dos años en la cual se exige el desalojo del parque, la actual administración no ha sido clara respecto a las mejoras de la calidad de vida de las cuales habla la misma sentencia.
Dice que los vendedores del parque que se encuentran organizados no están exigiendo un edificio ni un lote, solo están pidiendo un sitio en el cual trabajar, pues no lo pueden dejar de hacer porque como dicen ellos en sus propias palabras, tienen bocas que alimentar.
El líder de los vendedores manifestó que no se han escuchado alternativas por parte de la administración, e indicó que hasta el momento solo los han invitado a unas charlas sobre la acción popular.
Poveda Morales agregó que la acción es muy clara en el sentido que dice que debe realizarse un censo, una sensibilización y se creen mecanismos para generar el sustento de las personas que ocupan el parque.
Y según sostienen los vendedores, la administración les ha manifestado que por cuenta del bolsillo de ellos se tiene que buscar un centro comercial o un sitio donde poner sus sitios de trabajo, dado que el Municipio no cuenta con recursos.
“Nosotros no tenemos locales ni plata, entonces para dónde nos vamos a ir a meter, somos aproximadamente 80 familias, no pedimos un edificio o un lote, solo una bonificación”.
La pelotera
Son precisamente 80 familias organizadas y otro número de personas que deben buscar otras alternativas de trabajo, porque en el parque Santander no pueden estar. Precisamente en este punto radica el gran revolcón que se presentó hace algunos días y para el cual se debió intervenir el Esmad con gases lacrimógenos para hacer efectiva la sentencia.
Dicho acto solo causó indignación entre los vendedores. Hernando Aguilar uno de los afectados por esta gran ‘pelotera’ expresó. “Es un atropello con los vendedores informales. Esto no es para que los vendedores reciban garrote, maltrato porque no somos delincuentes somos personas trabajadoras desplazados y que estamos buscando el sustento de nuestros hijos, necesitamos una forma de vivir y en el municipio no tenemos una fuente de empleo”.
Para Aguirre al igual que para otros vendedores ambulantes la Administración les está negando el derecho al trabajo y los está atropellando.
La fuerza genera violencia
Más allá van otros como el concejal Jhon Jairo Andrade quien sostienen que “nada se saca con la fuerza, la fuerza genera violencia y a eso no podemos llegar, las sentencias hay que cumplirlas, los vendedores ambulantes son conscientes que están ocupando el espacio público y hay que recuperarlo, pero lo importante es que se llegue a una negociación y las partes queden contentas”.
Así mismo, afirmó que no se trata simplemente quitarles la mercancía a los vendedores ambulantes, sino que se les debe brindar a estas personas un espacio o lugar para trabajar, buscar un sitio para reubicarlos.
Lo importante es garantizarles una fuente de trabajo, una oportunidad laboral, añade Andrade. “Actualmente no se tiene un censo que permita conocer con exactitud cuántos son los vendedores ambulantes que tiene Florencia. Tanto la administración municipal, el concejo y la ciudadanía debemos velar para que se llegue a un mutuo acuerdo”, indicó.
Simplemente hay que cumplir
Por su parte, el secretario de Gobierno James Villanueva advirtió que la Administración Municipal agotó todos los recursos para hacerles entender a estos ciudadanos que debían desalojar pacíficamente el micro centro, pues de lo contrario tendrían que utilizar la fuerza, que fue lo que terminó ocurriendo.
Asimismo, dijo que se continuará con los operativos de recuperación del espacio público, al tiempo que indicó que se está en busca de alternativas viables para que los trabajadores informales continúen con sus negocios en otros lugares.
Además, recalcó que no hay ninguna razón para que los comerciantes sigan invadiendo espacios vitales del centro de la ciudad que son para el disfrute de todos los florencianos.
Se espera que en las próximas semanas, tanto las calles como los andenes en situación crítica por invasión de sus espacios, vuelvan a ser para el disfrute y uso de todos los florencianos.
“Una ciudad ordenada, es una ciudad segura y la protección del derecho al trabajo, no implica que el Estado esté en la obligación de soportar el ejercicio de actividades para las cuales no se cumplen las exigencias legales, con claro detrimento y desconocimiento de los derechos de los demás” señaló el Alcalde Andrés Mauricio Perdomo.
*Ana Rosa es una vendedora que pidió no reveláramos su verdadera identidad.
Del rebusque diario viven más de 80 familias en el parque Santander
Vendedores están dispuestos a cumplir la sentencia siempre y cuando se cumpla en el marco de la ley.
Vendedores exigen no les vulneren los derechos
Con Esmad debieron ser desalojados los vendedores.