El comentario de Elías
Después del informe ‘¡Basta Ya!’, son muchas las instituciones y personalidades que deben pedir perdón a los colombianos. Los delirios de poder económico y político han generado dolor y miseria en gente que sólo aspiraba a vivir en paz para vivir la vida. Convirtieron la existencia de un pueblo en territorios de la infamia: desplazados, secuestrados, desaparecidos, asesinados, torturados, aterrorizados… Hicieron de la geografía colombiana, de este paraíso terrenal, el peor de los infiernos.
Que pidan perdón las guerrillas por sus masacres, su falso discurso en favor de un pueblo al que hieren y ultiman, por su terrorismo y su militarismo dictatorial. Los paramilitares por su enfermiza conciencia que los convierte en criminales dementes, tan pavorosos y vergonzosos como sus antecesores en la violencia liberal-conservadora. El Ministro de Defensa en nombre de una institución militar que, abusando de las armas oficiales, perpetró los horrendos falsos positivos. El oprobioso comportamiento de algunos de sus miembros mancha la institución entera y exige que pidan perdón a sus víctimas.
Deben pedir perdón los grandes terratenientes por fomentar desde siempre las guerras en los campos colombianos. Los altos jerarcas del partido conservador que, en su voracidad económica y política, generaron esta guerra que dura, no 50, sino 200 años. Los altos jerarcas del partido liberal que utilizaron al pueblo en una guerra que sólo servía a sus intereses partidistas y clasistas. Los altos jerarcas de la iglesia católica por sus complicidades con las elites, contraviniendo flagrantemente el discurso de Cristo. Que pidan perdón Uribe y los altos promotores de la guerra quienes nunca envían sus hijos al frente de batalla a pesar de que el conflicto sirve únicamente para proteger sus enfermizos privilegios. Nunca he visto un Tomás Uribe con un fusil en la mano matándose con un campesino de las Farc. Ojalá no hubiese hijo alguno en ninguna guerra.
Que pidan perdón las multinacionales que, en su infinita hambruna de riqueza en suelo extranjero, desuelan campesinos, indígenas, afro-descendientes y medio ambiente. Los políticos mediocres, aptos sólo para ganar elecciones, por promover la corrupción y regalan el territorio nacional al mejor postor. La izquierda por su discurso contestatario con cultura de derecha. Debería pedir perdón el espíritu capitalista por rebajar este mundo a una favela de gusanos voraces, y también sus políticos por implementar ciegamente el inhumano proyecto. Ojalá pidan perdón. ‘El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe’, afirmaba luminosamente Shakespeare.
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