La situación del barrio empeora cada vez que llueve, si es suave o fuerte el problema es igual, a la calle 11 que le da vía libre para el paso de la quebrada La Toma, se le debe restringir el tránsito vehicular, son los mismos vecinos del sector quienes deben tratar de amortiguar la situación. Las casas aledañas se inundan, ocasionando en sus habitantes pérdidas materiales muy altas.
Convenio por ejecución
Hasta la fecha no se ha iniciado la ejecución de las obras plasmadas en el convenio, la licitación se encuentra abierta para la selección del contratista y de esta manera iniciar con las obras.
El convenio tiene por objeto aunar esfuerzos económicos, técnicos y administrativos para realizar mantenimiento de las fuentes hídricas urbanas de Neiva, que son tributarias del Río Magdalena.
Para la comunidad, es de carácter urgente la iniciación de las obras para evitar las emergencias que se han venido presentando por el desbordamiento de la quebrada en el sector.
“Hay un convenio que es el 389 que está desde el 29 de diciembre de 2016, lo tiene en las manos Empresas Públicas de Neiva, necesitamos que abran la licitación para iniciar la contratación “, contó José Erickson Ome, presidente del barrio Siete de Agosto.
Empresas Públicas expresa su compromiso para la ejecución del contrato, sin embargo, la licitación aún está en curso, se espera que en los próximos días quede elegida la empresa contratista que se encargará de ejecutar el contrato.
“Se ha demorado porque no se ha realizado la contratación de las obras, yo pienso que se puede demorar 15 días, ya se envió el estudio previo a la oficina de contratación y ellos se encargarán de la escogencia de los proponentes”, manifestó Olga Acosta, sub- gerente Técnica de Empresas Públicas.
Mitigación de riesgo
La ubicación del barrio también desfavorece a sus habitantes, la parte alta del sector facilita los deslizamientos, el agua fluye más rápido y en muchas ocasiones los deja inhabilitados de salir de sus casas. Las calles poco a poco se han ido dañando por la fuerza de la naturaleza, aunque algunas han sido intervenidas por la administración municipal, los problemas en algunos casos van más allá del arreglo de una vía.
La carrera 25 con calle 11B es un caos, la lluvia y el arrastre de piedras la volvieron una trocha, por allí ni carros ni motos pudieron volver a transitar.
“El problema es que estamos en zona de alto riesgo, todas las aguas llegan hasta el polideportivo, las casas de inundan y en algunas, por las paredes se filtra el agua”, narró Dilia González, habitante del sector.
El agua se estanca en el polideportivo del barrio, los niños y jóvenes que hacen uso de él son quienes limpian el lodo y los escombros que con el fuerte caudal llegan hasta la cancha.
Inseguridad
Aunque el acompañamiento del cuerpo policial es constante y eficiente, la comunidad manifiesta que los consumidores de estupefacientes y delincuentes, son más astutos a la hora de realizar sus fechorías. En muchas ocasiones las familias del barrio no aguantan el constante olor a marihuana, que se propaga por todo el sector.
“El problema más grande son los muchachos que vienen a fumar, durante todo el día, el olor es terrible, no les importa si hay niños o jóvenes jugando o haciendo alguna actividad”, contó Marisol Valenzuela, habitante del lugar.
Durante 30 años la comunidad del barrio Siete de Agosto ha tenido que soportar ésta difícil situación, pese a las promesas baldías que muchos políticos hacen en campaña, no se han logrado ejercer obras que los favorezca. Ellos se unen para hacer un llamado a la administración municipal.
“Les pedimos que nos ayuden con la seguridad y la canalización de La Toma para que se nos mejore ésta manera de vivir”, exigió Norma Manios, habitante del Siete de Agosto.
La carrera 25 entre calle 11 y 11B se volvieron intransitables por carros y motos.
