Entre lágrimas de felicidad, luego de la victoria como resultado del increíble partido que jugó la Selección Colombia contra el combinado Uruguayo, para asegurar su puesto en la final de la Copa América USA 2024, escribo esta columna de opinión.
Solo Gabriel García Márquez habría imaginado esta historia que los colombianos estamos viviendo, pues parece una obra sacada de tal imaginación. Con la persistencia y disciplina de un Camilo Vargas que estuvo bajo la sombra de Ospina y trabajó con el firme propósito de que esto que le está pasando algún día llegaría, aportando en todos y cada uno de los momentos en el que el arco se de en riesgo; un dupla de centrales que están sorprendiendo a los delanteros rivales, que por su juego demuestran el gran trabajo articulado que está realizando el ex de la Selección, Amaranto Perea, entrenador de la línea de defensas; dos laterales que no paran de impresionar por su firmeza al defender, pero sobre todo, la visión de salida que tienen para el equipo; una línea de volantes liderada por James David, que luego de 10 años vuelve a ser protagonista en una competición con la tricolor, con una visión de juego integral, entendiendo los tiempos de defensa, sostenimiento de balón y ataque, con el ‘jogo bonito’ de Richard Ríos, quién apenas en 2023 fue llamado por Néstor Lorenzo, el equilibrio de Lerma y Arias, y arriba la gambeta y desequilibrio de Díaz.
Lo anterior, sumado al juego colectivo que ha llevado a este combinado a ser el favorito para coronarse con la Copa América USA 2024, gracias a la unión que sin duda tiene este grupo de jugadores, al carácter que se ve reflejado en cada uno de los partidos que juegan, sin importar si está entre los 11 iniciales o ingresa del banco, la disposición, la actitud y las ganas de ‘comerse’ la cancha llevó a esta selección a la final y tiene a 50 millones de personas soñando, con la esperanza de que, luego de 23 años, volveremos a levantar este anhelado trofeo.
No siento que ‘es ahora o nunca’, por el contrario, hay una base importante y sólida de jugadores que llegaron con ‘hambre’ y con un futuro excepcional, y esto sin duda nos motiva a pensar que el próximo 14 de julio daremos la sorpresa a una Selección Argentina que, como siempre, llegará ‘sobrada’, por los títulos recientes que ha alcanzado, pero se encontrará con un combinado cafetero dispuesto a arruinar el ‘last dance’ del mejor jugador de la historia del fútbol, Lio Messi, así como en 2014 lo hicieron con Forlán, Cavani y este año con Suárez, en los últimos encuentros de la Copa América de estas estrellas del fútbol.
La pregunta ahora es, ¿quién duerme? Siendo jueves 11 de julio, a tres días del partido quizá más importante de la historia reciente del fútbol profesional Colombiano, a tres días de un encuentro que disputará un equipo de jugadores que está marcando un hito histórico no solo en el balompié sino en la vida de todos y cada uno de los colombianos, a tres días de un momento en donde sin importante tu raza, religión, sexo, orientación política, etc., todos seremos un solo equipo, todos los colombianos estaremos unidos por un mismo propósito, alentar a la Selección Colombia.
El próximo domingo James y los suyos saldrán a ‘comerse’ la cancha y a reafirmar la verraquera, el coraje, la buena actitud, la disciplina, el amor por el país y lo felices que nos sentimos de ser colombianos, representando a los 50 millones de personas que estaremos felices de esperarlos de vuelta, con o sin la copa, porque lo que han hecho hasta ahora ya marcará un antes y un después del fútbol colombiano.