Es urgente que se tomen acciones no sólo serias sino integrales en materia de seguridad en el municipio de Campoalegre. La escalada violenta que sacude a este pueblo del departamento del Huila merece la intervención inmediata de las autoridades.
Y no se trata de una intervención exclusivamente policial y militar. Se requiere urgentemente que toda la institucionalidad vuelque su mirada hacia el municipio.
Las autoridades deben establecer qué está pasando y no limitarse a la realización de un consejo de seguridad municipal o departamental. Para nadie es un secreto que en estas reuniones se toman muchas veces decisiones que sin seguimiento, se diluyen en el tiempo y terminan siendo un saludo a la bandera. Algunos funcionarios ven, incluso, estos consejos de seguridad como una “perdedera de tiempo que no resuelven nada”. En otras ocasiones, al interior de estos consejos las cabezas de los organismos de seguridad se abstienen de compartir la información completa que tienen sobre los casos y no se aborda la problemática de manera real.
Además de las cinco muertes violentas en lo poco que va del nuevo año, Campoalegre fue en 2023 uno de los pueblos más violentos del Huila. Lamentablemente, Campoalegre es epicentro de un gran comercio de sustancias alucinógenas y se ha visto afectado, así mismo, por la presencia de disidentes de las Farc y otras bandas criminales.
En el plano operativo, es necesario que el Departamento de Policía Huila, la Novena Brigada del Ejército y la Fiscalía General de la Nación intensifiquen sus acciones y muestren resultados. Es clave que el gobernador, Rodrigo Villalba Mosquera, quien en campaña prometió todo el tiempo que la seguridad sería una de sus banderas, lidere un plan para devolverle la tranquilidad a los campoalegrunos. Los huilenses eligieron a Villalba convencidos de que honrará su palabra.