Un accidente cambió para siempre la vida de José Eduardo Jamioy Robles, un joven huilense de 30 años de edad, que hoy lucha por su vida.
Hace seis años, José Eduardo Jamioy Robles, sufrió la fractura de una de las vértebras de su columna. Desde entonces, las visitas al médico se volvieron frecuentes, las cirugías una dolorosa cotidianidad y los medicamentos su ingesta diaria.
“Mientras estaba en la universidad, un compañero me empujó sin poder reaccionar, esto ocasionó que me fracturara una vértebra de la columna, lo que generó una artrodesis cervical anterior C6, requerida por tumor vertebral”, relata, aunque la disfonía que padece no le permite hablar muy bien, a través de la escritura, José expresa su padecimiento.
El tumor vertebral, que hoy padece el joven oriundo de la vereda San Roque en Oporapa, es un tipo de tumor espinal que afecta los huesos o las vértebras de la columna vertebral, y puede afectar la función neurológica mientras presiona la médula espinal o las raíces nerviosas cercanas, siendo potencialmente mortal, causando discapacidad permanente.
José, ahora casi no puede caminar, los dolores de espalda que padece son insoportables, se cansa rápidamente, no puede estar de pie o sentado, y su carrera de ingeniería de alimentos, tuvo que ser aplazada, aunque es su gran sueño profesional para sacar adelante a su familia adelante, que, a pesar de vivir con escasos recursos, ha luchado junto a él por su salud.
“Hasta el momento me han realizado cuatro cirugías para retirar el tumor que se encontró, pero ha sido imposible, crece rápidamente hasta comprimir la médula espinal, padeciendo cuadriparesia, entonces no puedo caminar mucho, ni tampoco estar mucho tiempo de pie ni sentado, y esto impide el desarrollo de las actividades más cotidianas”.
“Hace tres meses empecé nuevamente a sentir molestias para comer y para hablar y sin esperarlo me vi hospitalizado por quinta vez, pero en esta ocasión las complicaciones fueron más graves, ya que una placa que me pusieron del implante de la vértebra, se desprendió de su lugar y me perforó el esófago, dañándome aproximadamente diez centímetros del mismo, esto llevó a que me tuvieran que hacer una nueva intervención quirúrgica para tratar de repararme el daño”.
Su situación se complicó, para los especialistas fue imposible reparar el daño causado y ahora, es alimentado a través de una sonda. Sin embargo, cada día pierde peso de manera significativa.
“Lo único que se pudo hacer fue retirar la parte del implante que se había soltado de la columna y la parte del esófago dañado, en su lugar me pusieron algunos drenes que ayudan a que la saliva salga por ellos, en estos momentos no puedo comer ningún tipo de alimento por la boca y mi alimentación se hace por medio de una sonda”, detalló.
En este momento, se encuentra hospitalizado en la Clínica Oncológica San Diego, en la ciudad de Bogotá, esperando la sexta cirugía.
“No cuento con ningún tipo de ingreso económico, pero soy una persona luchadora que quiere salir adelante aportando mis conocimientos a la sociedad, quiero seguir viviendo y cumplir mis sueños. Estoy a la espera de un nuevo procedimiento y necesito mitigar los gastos de esta, así como también la alimentación especial, medicamentos, transporte especial y también para ayudar a pagar un tratamiento que se pagó de manera particular haciendo préstamos, fueron radioterapias para impedir el crecimiento del tumor y por ahora me mantiene estable. Así que acudo hoy al buen corazón de las personas, de quien me quiera ayudar”, finalizó.
Si usted desea ayudar a José, puede comunicarse al siguiente número de celular: 311 2265630 o través de WhatsApp: 322 2905950.
