La Nación
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Reacciones incoherentes Miguel Ángel Lemus

La decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya con respecto al Archipiélago, Exégesis La decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya con respecto al Archipiélago, ha generado todo tipo de manifestaciones. Sorprenden algunas, como las expresadas por algunos parlamentarios, quienes –contrariamente a lo que supone la lógica legislativa- han venido promoviendo la desobediencia al fallo del alto tribunal. Tal parece que su papel no sólo es hacer leyes, sino invitar a su desacato. Pero sorprende aún más la actitud de Álvaro Uribe, quién no sólo le sopló al Presidente Santos la necesidad de desobedecer el fallo, sino que invitó a los isleños a desacatar la decisión de la CIJ, pese a su cuota de responsabilidad en lo sucedido. Las opiniones de quienes han ejercido la más alta distinción que pueda tener un colombiano, son respetables, pero resultan inaceptables cuando las mismas no tienen coherencia con la adoptada cuando ejercieron el poder. Uribe no hizo nada distinto a lo que hicieron todos los presidentes que tuvieron que ver con este asunto. Pero más aún, siempre se mostró respetuoso de los fallos de la justicia, como ciertamente se lo hizo saber al Presidente Ortega. No veo razón justificada para su cambio de actitud, a no ser que esta sea otra de sus estrategias para distraer a la opinión pública por la  responsabilidad política que le cabe por la perdida de soberanía en el Caribe. No se si la decisión de la CIJ agarró a Santos con los calzones abajo. Presumo que el cálculo triunfalista no le dejó ver la posibilidad de un desencadenamiento distinto. De allí la falta de coherencia de su discurso, permeado además, por los consejos oportunistas de Uribe, cuando abrió la posibilidad de que Colombia renunciara a la jurisdicción de la Corte. Incoherencia que también se percibió en el ánimo caldeado de los veteranos negociadores, quienes dispararon opiniones contradictorias para que se desconociera la decisión de la Corte, actitud burda e irresponsable. Y que decir  de algunos  dirigentes, políticos ellos, quienes activaron las redes virtuales para promover el matoneo político, solicitando renuncias y endilgando responsabilidades a este gobierno. ¿Se imaginan Ustedes qué hubiera pasado si el fallo hubiera sido favorable? Colombia no puede recurrir al populismo para enmendar errores. Lo que le compete es honrar la tradición de respeto por el derecho y enmendar la crisis del Archipiélago, saldando su deuda social.