En pleno espíritu navideño, Marisol Jiménez, una mujer de 55 años, lidera un grupo de personas que, con perseverancia y creatividad, transforman tapas de cerveza y gaseosa en hermosos bolsos, carteras y adornos navideños. Esta iniciativa no solo da nueva vida a objetos reciclables, sino que también genera recursos para apoyar a hijos y adultos mayores con condiciones especiales en la capital del Huila.
Hernán Guillermo Galindo M
hernan.galindo@lanacion.com.co
Marisol Jiménez es una mujer de 55 años de edad, ejemplo de perseverancia y resiliencia. Lidera un grupo que con creatividad transforman tapas de gaseosa y cerveza en bolsos, carteras y otros artículos.
Marisol comentó que es bachiller, madre, y compañera de un grupo de personas unidas por el esfuerzo de salir adelante a través de la colaboración. Residen en la comuna Cinco, en el barrio Siete de Agosto, un sector diverso en el que las necesidades han unido a personas como Marisol en busca de soluciones creativas para generar ingresos y apoyar a sus familias.
Su núcleo familiar está compuesto por su madre, una adulta mayor de 88 años de edad que padece Alzheimer y demencia senil. Junto a ella está su hijo de 22 años, un joven con déficit cognitivo leve al que ha integrado a sus proyectos comunitarios.
Aunque no cuentan con una fundación formal, “nos organizamos bajo el liderazgo de Antonio Hernández y su esposa Natalia, quienes también enfrentan desafíos similares, ya que Antonio y sus dos hijos tienen discapacidades, y Natalia actúa como su principal cuidadora”, relató Marisol.
Un trabajo comunitario
Marisol y su grupo trabajan elaborando una gran variedad de artículos, muchos de ellos hechos a partir de tapas de cerveza o gaseosas recicladas. Este trabajo empieza con la recolección de las tapas, ya sea comprándolas o recolectándolas en diferentes lugares. Luego, se seleccionan, lavan y preparan para transformarlas en bolsos, cartucheras, monederos, tulas, aretes, manillas, cinturones y más.
El proceso creativo lo han aprendido tanto en cursos ofrecidos por diversas instituciones como de forma autodidacta a través de plataformas como YouTube. “Aunque no tenemos un punto de venta fijo, nos apoyamos entre todos para ofrecer los productos en ferias locales o directamente desde nuestros hogares, conectándonos con clientes a través de recomendaciones y contactos”, dijo esta emprendedora.
Más que artesanía
Además de los artículos elaborados con tapitas de cerveza o gaseosa, el grupo diversifica sus actividades en temporadas especiales. Durante la época navideña, crean muñecos y adornos de temporada, además de ofrecer servicios como la elaboración de pijamas y comida típica navideña, como rollos de carne y pollos rellenos.
“También en el grupo hay una vecina que elabora nochebuena y los platos especiales para la celebración de la Navidad”, destacó Marisol.
Para Marisol, su esfuerzo no solo busca el sustento diario, sino también fortalecer los lazos de solidaridad en la comunidad. Se siente profundamente agradecida por los recursos y las oportunidades que ha encontrado a lo largo de su trayectoria, y valora el apoyo que recibe de sus compañeros y de las entidades que han contribuido a su crecimiento personal y familiar.
Futuro lleno de esperanza
Su hijo Alejandro, quien ha culminado sus estudios secundarios y realizado un tecnólogo en administración de empresas en el SENA, es fuente de orgullo y esperanza. Actualmente, busca oportunidades laborales enviando hojas de vida, con la meta de construir un futuro mejor.
Marisol Jiménez y su comunidad son un claro ejemplo de cómo la unión, la creatividad y el esfuerzo compartido pueden transformar vidas. Aunque las dificultades son grandes, su determinación y el amor por su familia y amigos los impulsan a seguir adelante con la cabeza en alto y el corazón lleno de esperanza.