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Reelección de Procurador y Contralora – Marcos Silva Martínez

Circulan diversas opiniones sobre la reelección del Procurador Ordóñez. Hay rechazo por su posición dogmático-religiosa. Su criterio, respecto al aborto y la sexualidad Circulan diversas opiniones sobre la reelección del Procurador Ordóñez. Hay  rechazo por su posición dogmático-religiosa. Su criterio, respecto al aborto y la sexualidad, poco o ningún efecto puede tener finalmente. No va más allá de su supuesta convicción. La Corte Constitucional ha hecho lo que le corresponde al respecto, en  consonancia con las tendencias mundiales y avance de la civilización. Su  dogmatismo y fundamentalismo  religioso,  por los resultados, no ha demeritado el ejercicio de sus funciones, como quieren mostrarlo. Él  debe investigar y sancionar, de acuerdo con la ley vigente. La  aprobación o derogación de ésta, no está en su dominio. Vale recordar que los conceptos del Procurador no obligan a los otros órganos de poder. Su ámbito es el disciplinario y ahí, ha tomado decisiones que ningún Procurador anterior se atrevió a hacer. Ha investigado y sancionado a intocables desde el aspecto político, económico y de élite. Colombia demanda que los poderes y los individuos que los dirigen, tengan valor civil y absoluto sentido del deber legal-jurídico, para el ejercicio de sus funciones. En términos generales, el actual Procurador lo ha hecho como antes nadie fue capaz de hacerlo y tiene ganado el derecho a ser reelegido. Claro que las veleidades no le son ajenas. Las calculadas decisiones, respecto a inescrupulosos del Huila,  están causando grave daño a la sociedad. Colombia está tomada por los corruptos. Los  niveles de corrupción alcanzados, durante el gobierno de Uribe Vélez, son dramáticos. El común de la gente, desconoce la magnitud y perversidad de  los delincuentes de cuello blanco y los niveles de corrupción e impunidad en la interpretación y aplicación de la ley. Lo que se conoce sobre  contratación, ejecución del presupuesto y administración del patrimonio públicos, es desconcertante. En  todo el país y en particular  en el Distrito Capital.  En  la concesión de El Dorado.  Con  los recursos de la salud y de pensiones.  En  el caos, tolerancia y complicidad oficial con las concesiones viales.  En  el  manejo de los recursos naturales y mineros.  En  el manejo y utilización de los bienes incautados a las mafias. En  las gabelas fiscales a las grandes empresas, nacionales e internacionales. Todo   evidencia  la ineficacia de los controles, incompetencia administrativa y judicial, impunidad y debilidad institucional generalizada. Hay funcionarios y contratistas corruptos y corruptores y los órganos de control  no satisfacen su deber constitucional. Sus nóminas, se convierte en feudo de politiqueros (congresistas, diputados, concejales, gamonales, etc.), en lo regional y local.  Por  eso nada bueno se puede esperar. La Sra. Contralora Sandra Morelli, constituye excepción y sirve de referente a funcionarios públicos, en el acatamiento de la ley y cumplimiento de su función. Debe ser reelegida. La colectividad nacional, debe exigirlo. Debe estar en la terna y el Congreso debe elegirla. Ha hecho lo que denegaron antecesores.