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Reflexiones sobre el sistema impositivo colombiano – Cecilia López Montaño

Muy oportunas las primeras conclusiones del estudio que ha realizado la CAF y que presentó recientemente con Fedesarrollo

Muy oportunas las primeras conclusiones del estudio que ha realizado la CAF y que presentó recientemente con Fedesarrollo. La conclusión es categórica: “Impuestos en A. Latina no ayudan a igualar ingresos”. Hace tiempo se viene planteando que la gran diferencia que ha existido entre las sociedades europeas, que han sido mucho más igualitarias que las latinoamericanas, las más desiguales del Planeta, radica en su política tributaria. Con mucha frecuencia, José Antonio Ocampo demuestra que antes de impuestos las dos sociedades son similares pero que la gran diferencia surge cuando se comparan después de impuestos.

Obviamente la verdadera reforma tributaria que va redefinir algunos impuestos, solo se conocerá cuando salga del Congreso de la República. Como ese ejercicio de la política, transparente, desprovisto de intereses gremiales, empresariales y personales, no existe en Colombia, nadie sabe exactamente cuál será la versión final. El Gobierno ha insistido en que buscará la equidad con este Proyecto de Ley y será interesante empezar a precisar si este propósito se puede cumplir.

Para empezar, sorprende la insistencia de las autoridades colombianas en que con esta reforma no se busca aumentar el volumen del recaudo sino una mejor distribución de los mismos. Colombia tienen un peso de impuestos sobre PIB, 18%, muy inferior al necesario, al de otros países de la Región Latinoamericana, y absolutamente distante del 35% de la Unión Europea. Si realmente tanto en la política económica como en las estrategias sociales se desean cambios que realmente hagan de este país una sociedad menos injusta, es evidente que se deben aumentar los impuestos, obviamente entre aquellos que no pagan lo que deben. Claro que con la economía creciendo al 5%, como probablemente pasará este año, con una buena administración de impuestos como sucede ahora, los recursos del Estado están aumentando significativamente.

También es cierto que para una política social de limosnas, esos recursos son suficientes y sin duda se está aliviando la extrema pobreza. Pero, lo que Colombia tiene que hacer es volver realidad lo que dice su Constitución: que somos un Estados Social de Derecho. Es decir, que además de políticas asistenciales, que deben ser transitorias y muy focalizadas, el grueso de la política social debería ser universalizar la buena educación que no tenemos y lograr lo mismo con los otros derechos como la salud y otros que no disfruta casi la mitad de la población. Educación pública de excelente calidad no solo para los pobres sino para las clases medias que pagan por una educación privada de bajo nivel. También se requiere una reconversión productiva de la industria que necesita apoyo estatal y la gran recuperación del campo que demandará miles de millones de pesos. Solo así se podrá generar el tipo y volumen de empleo que produce equidad. Obviamente,  estos objetivos no están en la agenda pública porque de ser así, no insistirían en no aumentar el recaudo.

La rebaja planteada en los parafiscales obedece a una posición ideológica. Si se bajan los costos de la mano de obra aumentará el empleo formal. Pero es un gran incremento de la producción nacional, lo que crea este tipo de ocupaciones. Además, si tanto creen en reducir parafiscales, por qué si tocan al ICBF y no a las Cajas de Compensación? El debate apenas empieza.