Intempestivamente el alcalde de Neiva, Pedro Hernán Suárez, decidió el relevo de su secretaria de Cultura, la ex alcaldesa de Villavieja Tania Beatriz Peñafiel, luego del fenomenal desorden en el desfile nocturno del reinado de Señorita Neiva, y nombró a una persona de su confianza, Carolina Sandino Puentes. Intempestivamente el alcalde de Neiva, Pedro Hernán Suárez, decidió el relevo de su secretaria de Cultura, la ex alcaldesa de Villavieja Tania Beatriz Peñafiel, luego del fenomenal desorden en el desfile nocturno del reinado de Señorita Neiva, y nombró a una persona de su confianza, Carolina Sandino Puentes. Aunque pueda aparecer como apresurada la decisión, lo cierto es que las rencillas, muchas veces personales, los ánimos de figuración y la falta de planeación y coordinación entre el gobierno seccional y local, terminan afectando la organización y desarrollo de las festividades, como ha ocurrido en los últimos años. Y, a su vez, designar a alguien que, si bien goza de su cercana amistad, no tiene mayores condiciones para una tarea que, justamente en esta temporada, amerita buenas dosis de capacidad y experiencia en estos complejos trotes fiesteros. Pero más allá de esa decisión, que corresponde al fuero y competencia del señor Alcalde, lo que se vivió durante el sábado en la noche ha despertado las más encendidas reacciones entre la comunidad, que tiene más ojo crítico que cualquiera en estos menesteres y, finalmente, es el depositario final y directo del jolgorio. Sin embargo, ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre. Se trató de un desfile más, de los tantos que ya hemos vivido y de los que faltan, que efectivamente presentó graves fallas de organización y, por lo que se deduce de las mismas declaraciones de las funcionarias involucradas, de coordinación entre la Secretaria de Cultura Municipal, funcionaria que es la cabeza administrativa de estos asuntos, y la señora directora del Festival en Neiva que, con todo y sus conocimientos y capacidad, no es servidora pública y por ello no puede aparecer en más alta condición oficial que la primera. Pero el desfile ya pasó, no hubo ninguna consecuencia que lamentar y, como dicen los periodistas gringos, nadie resultó herido. Quizá solamente el orgullo de la señora Peñafiel. Las festividades sampedrinas, con todo y su entorno de valor regional, de manifestación evidente de nuestra cultura, ancestros, apropiación del legado de los mayores y folclor del más original del país, no son el asunto más relevante al que tengamos que manejar como si fuese el epicentro de la vida de la ciudad. De manera tal que esperamos que prime la cabeza fría, la ponderación de cada asunto, la evaluación de que se trata, en el fondo, de una gran fiesta, pero nada que pueda generar más traumatismos de orden político y administrativo. A la larga, el San Pedro es la más importante, pero no la única tarea ni proyecto en el que el Municipio debe concentrar sus esfuerzos en todo el año. En todo caso ha sido un episodio enojoso y con posibles consecuencias negativas en lo administrativo que, ojalá, sean meras suposiciones nuestras y de otros observadores, y el señor Alcalde haya tomado una buena decisión, a la usanza de los técnicos de fútbol que hacen cambios muy temprano en el primer tiempo. DESTACADO “El San Pedro es la más importante, pero no la única tarea ni proyecto en el que el Municipio debe concentrar sus esfuerzos en todo el año”. EDITORIALITO La bella huilense Karín Jiménez León, actual Princesa de la Belleza, fue coronada como Reina Nacional de la Ganadería realizado en Montería, Córdoba. Una distinguida posición que enaltece al Huila en plena temporada sampedrina.