La Nación
¿Repitiendo la historia? 1 1 julio, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¿Repitiendo la historia?

El estado opresor es tan peligroso como el ausente. Los dos extremos menoscaban cualquier democracia. Dos ejemplos, son palpables. Por un lado Venezuela. Un estado opresor que limita los derechos ciudadanos, cuyo gobierno impone sus acciones a cualquier costo, violando las libertades ciudadanas, limitando la propiedad privada y argumentando, bajo un sistema de gobierno obsoleto qué los tiene en la pobreza, la necesidad de su permanencia y continuidad. Nadie sabe lo que ocurrirá después de las próximas elecciones presidenciales de ese país, donde una oposición unida puede perder, no obstante que supera según todas las encuestas en más de un 60%, al régimen de Maduro.  Muchos vaticinan un fraude en contra de la voluntad popular. A fin de cuentas, eso ocurre cuando el estado es opresor y dictatorial.

El otro extremo es el del estado ausente. Sobre todo, ese ausente, al momento de brindar seguridad a sus ciudadanos. Proteger a la una ciudadanía de la violencia y el atropello de sectores criminales conocidos y detectados por el estado es lo mínimo que debe hacer un gobierno. Es una tarea de obligada e indispensable para garantizar desarrollo. Si no hay garantías y seguridad, como lograr generar, empleo, educación, oportunidades y todas aquellas acciones que permiten solucionar las necesidades de un colectivo. Sin seguridad nadie vive “sabroso”

La no presencia del estado en materia de seguridad genera riesgos, en nuestro país predecibles, y ya vividos en el pasado. Cuando el estado no está presente se corre el riesgo de la anarquía y nuevamente los ciudadanos terminan viendo vulnerados sus derechos y limitadas sus posibilidades de avanzar. Cuando el estado es ausente, los ciudadanos buscan autoprotegerse como puedan, buscan soluciones, pues necesitan tranquilidad. No en vano el alcalde de Sincelejo, Yahir Acuña, contrató seguridad privada para garantizar la seguridad de los sincelejanos, ante la ausencia del estado en esta materia

Y es ante esa ausencia que estamos padeciendo, que debemos recuperar la memoria colectiva, para evitar caer en los errores del pasado. Olvidamos la verdadera razón del surgimiento de los paramilitares y de las autodefensas. Surgieron ante la ausencia de seguridad, y ante la necesidad de los colombianos de protegerse, por falta de un gobierno que lo hiciera. Ese es el gran riesgo. Cuando requerimos actuar para garantizar la seguridad de nuestras familias, también ponemos en riesgo nuestra democracia.

Sin embarg y desafortunadamente la presencia decidida del estado en los lugares azotados por la violencia, es tan ausente que brilla por eso. Como en el pasado. Ese es el riego que hoy corre Colombia.