Hay notables razones para celebrar la más reciente cifra entregada por el Dane respecto del crecimiento de la economía nacional, traducido en el aumento del Producto Interno Bruto en un 4,2 por ciento en el segundo trimestre, lo cual indica que se superó la desaceleración que tuvo su punto más bajo en el arranque de este año. A juicio de los expertos, esta es una señal de que la economía del país dio muestras de que la desaceleración que traía en los últimos meses tocó fondo y ahora empieza el repunte. Si bien en el mismo periodo del año pasado la cifra fue de 4,8 por ciento, la actual mejora ampliamente el panorama que estábamos viviendo en los recientes meses.
Y qué bueno destacar que el mayor crecimiento individual entre los distintos sectores lo tuvo el campo, con 7,6 por ciento, impulsado por la aceleración en la producción de café, que se expandió en 32,4 por ciento. Suena interesante que tales cifras se den en el agro nacional en momentos en que se viven los mayores tiempos de tensión social e institucional por la crisis de algunos sectores productivos campesinos. Por supuesto que, como lo resalta el mismo Dane, ese impulso agrario está empujado por unas cosechas cafeteras de alta producción lo cual, en el caso del Huila como primer departamento productor del grano, es una noticia de alto impacto y deberá reflejarse en el mejoramiento sustancial de la vida de más de 70 mil familias productoras.
De otro lado, la producción en general, con énfasis en la industrial, también muestra un mejoramiento notable considerando que la principal contribución al alza del PIB vino de los establecimientos financieros, cuya dinámica explica el aumento de la producción total en un 18,7 por ciento.
¿En qué se traduce todo esto? En más empleo, en más ingresos para inversión social y en clima general de negocios e inversiones que estaba mostrando una cara pesimista.
Pero aún es dura la cuesta en lo que resta del año para llegar a la meta final de crecimiento que tiene el Gobierno Nacional, puesto que se necesita una cifra positiva de 5,6 por ciento en cada uno de los dos trimestres de la segunda mitad del año, niveles de expansión que se vieron hasta el comienzo del año pasado, por lo cual conseguir ese crecimiento exige que los resultados que fueron sorpresivos en el último trimestre dejen de serlo y, además, sean superados. Están puestas las esperanzas entonces en que se mantenga el acelerado ritmo del café, de la industria y de la minería, que lograron crecer en la primera mitad de año, con parálisis del carbón, y ahora podrían mantener un alza aceptable, mientras los precios del petróleo siguen altos con la tensión en Oriente Medio, el drama de Siria y la pugna entre israelíes y palestinos.
“Están puestas las esperanzas entonces en que se mantenga el acelerado ritmo del café, de la industria y de la minería…”
EDITORIALITO
La agenda agropecuaria definida al instalarse la mesa de interlocución con los voceros de los campesinos que estuvieron en paro, más que un avance para cumplir los acuerdos, constituyó un instrumento para ganar credibilidad. Los voceros se levantaron convencidos que el Gobierno está actuando con seriedad y que cumplirá. Un buen síntoma.