Esperamos que la realización de la conferencia más importante a nivel global sobre el medio ambiente, que actualmente se desarrolla en Cali, no sea en vano. Y es que los retos que tiene Colombia en temas ambientales son enormes. Al ser el segundo país más biodiverso del mundo, contar con una inmensa riqueza hídrica y tener la mayor extensión de páramos en el planeta, así como una parte importante de la selva amazónica en su territorio, imprimen en nuestro país una gran responsabilidad en la preservación de este patrimonio invaluable.
Desafortunadamente no hemos sabido cuidar esta riqueza. Un ejemplo de ello es la desforestación, que en los últimos 20 años ha destruido cerca de 3 millones de hectáreas de bosques, principalmente de selva amazónica, poniendo en peligro la sostenibilidad del planeta. La presencia de grupos armados al margen de la ley, la ampliación excesiva de la frontera ganadera y agrícola, la minería ilegal, los incendios forestales y los cultivos ilícitos han sido los principales causantes de esta pérdida de bosque en nuestro país.
La verdad es que somos incapaces por sí solos de cuidar tanta riqueza. Por esta razón, resulta importante que se trate en esta cumbre, el papel de los países más desarrollados en el control de esta problemática. No puede ser que el camino sea imponer sanciones a los productos colombianos en el mercado europeo ante el incumplimiento en los resultados contra la deforestación.
La lucha por la protección de nuestros ecosistemas debe desarrollarse desde muchos sectores, como el apoyo para aquellos que desarrollen actividades de preservación en nuestras selvas y bosques. Combatir los grupos ilegales que promueven la deforestación para la siembra de cultivos ilícitos, la ganadería extensiva, el mercado negro de la madera y la minería ilegal, debe ser parte también de esa lucha. Se requiere ejercer un control territorial que impida el desarrollo de dichas actividades criminales y para lograrlo el apoyo internacional resulta ser fundamental. Nuestras Fuerzas Militares y de Policía carecen de los elementos suficientes para poder dar esa pelea en la proporción que se requiere; sin el apoyo internacional, esa guerra se seguirá perdiendo.
Otro aspecto es la defensa de nuestros mares. La sobreexplotación es una realidad, y su vasta extensión hace que su protección y defensa sean insuficientes. Por lo tanto, el uso de nuevas tecnologías en las labores de patrullaje debe contribuir al control de esta problemática.
No podemos continuar con discusiones estériles sobre la protección del medio ambiente. Es necesario establecer un pacto mundial real y efectivo que impulse acciones contundentes contra los males que amenazan nuestro futuro, y es en el marco de estas cumbres donde se espera lograr estos apoyos y consensos. Valga la pena reconocer, que los colombianos solos, no somos ni seremos capaces de proteger tanta riqueza. Aumentar los resultados significa apoyo económico en esta lucha y no simplemente un desfile de vanidades que se repite cada cierto tiempo sin mayor repercusión en los problemas ambientales que nos afectan. La clave del éxito de la COP16 radica en los compromisos adquiridos, especialmente por los países más ricos.