Rodrigo Lara Sánchez es un hombre temeroso y honesto, sin embargo, debería pensar muy bien en las razones por las cuales no alcanza a enamorar electoralmente a los Huilenses. Lara Sánchez ha puesto su nombre a consideración en cuatro oportunidades, de ellas sólo logró llegar a la alcaldía en octubre de 2015. Ya casi nadie recuerda que fue candidato al Senado por el Movimiento Ciudadano y sus votos fueron mínimos, que gerenció la campaña de Antanas Mockus en el Huila y que realmente la apaleada en el Huila frente a Santos fue una de las mayores si comparamos el numero de votos del candidato verde entre los distintos Departamentos de Colombia. Fue candidato a la Alcaldía en el 2011 pero perdió contra la segunda candidatura de Pedro Suarez. Para el 2015 tomó un nuevo aire y obtuvo una votación histórica para la alcaldía, cerca de 74.000 votos. Mientras era alcalde, terminó votando y apoyando en la medida de sus posibilidades a Duque, desconociendo el apoyo incondicional que para la época le brindaba Sergio Fajardo. Para las elecciones parlamentarias de 2018 y siendo alcalde, su mejor amigo Diego Muñoz obtuvo algunos votos irrisorios en Neiva, en su candidatura al Senado (1321 votos). Siendo fórmula vicepresidencial de Federico Gutiérrez, se quedó muy corto, se esperaba que Lara produjera unos resultados contundentes en la tierra en donde el uribismo ganó en todas las campañas presidenciales anteriores, sabemos todos que los resultados de Fico en el Huila (primera vuelta) fueron inferiores a los de Rodolfo Hernández y a los de Gustavo Petro, que en el huila obtuvo el doble de los votos de la dupla Fico-Lara. (sólo el 17%) muy parecido a la favorabilidad que muestra hoy para la Gobernación. La misma aceptación de tal candidatura fue vista como un engaño a los verdes huilenses e incluso al ideario de su padre. En su alcaldía, caracterizada por su baja concentración de verde clorofila quemó muchas naves, lo que le restó credibilidad y confianza. Muchos Neivanos no vieron con buenos ojos la intervención del hombre del maletín (René Cantillo) y su presunta financiación para el pago del voto de los concejales en la elección de contralor y personero de la época. René Cantillo había sido el máximo mecenas de los costos de la campaña de Lara. Su incorporación de secretarios y contratistas de otras latitudes dejaron desencantados a muchos profesionales y contratistas huilenses, la omisión de continuar la obra del estadio y preferir declarar la caducidad y no permitir más bien la terminación unilateral que hubiera facilitado la terminación de la tribuna intervenida tampoco resultó bueno para mejorar la opinión de los huilenses, quienes podrían estar viéndolo como un político vergonzante que contra los hechos afirma no pertenecer a la clase política y no haber tenido nunca maquinarias. Tampoco su obstinación ayuda mucho, su dificultad en reconocer las omisiones y errores de su administración. Incluso aterra que a estas alturas siga negando que la adición al proyecto de remodelación del estadio, para terminar la tribuna occidental se haya hecho a finales de febrero del primer año de su gobierno. El exalcalde no permitió siquiera levantar los escombros del estadio y proceder a invertir en una solución plausible. Todo lo anterior nos demuestra su desconexión con la gente y con la realidad. Siendo un hombre pretendidamente honesto, es terco y obstinado a tal punto que distorsiona la imagen carismática, accesible y trasparente que pretende. La posible impopularidad de Lara puede residir en todas las naves quemadas, en cierta deslealtad y falta de reconocimiento a sus amigos y a los huilenses de a pie; es probable también que cierto ensimismamiento y egolatría latente sean las principales explicaciones a su falta de capacidad de convicción y calado popular.