‘A mis espaldas’ es una colección de poemas escritos por el poeta Rubén Darío Rodríguez Charry, que evocan la vida en la ciudad de Neiva, a los amores, al río y a los amigos. Este es la segunda obra del escritor neivano, escrita este año, la cual siempre lleva en su taxi, donde las recita a sus pasajeros mientras llegan a su destino.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
La poesía transcurre en restaurantes, oficinas, colegios y en la vida diaria. Pero, sobre todo, la poesía cobra vida en la voz de Rubén Darío Rodríguez Charry, escritor, poeta y taxista. Neivano por adopción y de corazón. Tal vez primero sea taxista y luego poeta; sin embargo, al final del día, el orden no importa. Su voz ha sido la compañía de innumerables pasajeros que, además de llegar a su destino, encuentran en los versos de Rubén un momento de paz en medio de la rutina que suele ensordecer los sentidos y, sobre todo, los sentimientos.
Este ilustre escritor nació en Pulí, Cundinamarca, y lleva 35 años radicado en la ciudad de Neiva, Huila. Comenzó su trabajo como taxista en 1989, y su espíritu poético emergió en 1993, y duró en un primer momento hasta 1998, periodo en el cual realizó sus primeros escritos. En esos años, gozó de un gran reconocimiento regional, lo que le valió invitaciones a festivales de literatura y poesía a nivel nacional e internacional. Sin embargo, “por cosas de la vida”, tuvo que dejar su lírica en un rincón, donde a menudo se guardan los libros que muchos han prometido volver a leer.
“Volví a escribir en 2016 por petición de mi esposa. Estábamos fuera de Neiva, y compré de nuevo un taxi. Ella se quedó en La Guajira trabajando para ayudarme a pagar el taxi y la carrera de nuestra hija menor. En ese momento, comencé a escribir de nuevo, retomando mi escritura 18 años después. Nadie pensó que hubiera mantenido ese hilo literario”, cuenta Rubén.
Regresa a recorrer las calles de Neiva y a narrarlas. Retoma la poesía con más convicción, entonando versos a sus pasajeros, quienes, al ver tanta inspiración, le piden que no los deje al viento, sino que los haga eternos a través de un libro. Así, en 2021, nace su primera obra, muy personal: ‘Amores pasajeros’. Una colección que tuvo dos ediciones, cada una con mil ejemplares, todos vendidos.
‘A mis espaldas’
Tres años después de su primer libro, Rubén vuelve a empuñar su pluma para plasmar nuevas inspiraciones, muchas de ellas a petición de sus pasajeros, otras surgidas del paisaje de Neiva, y algunas más en honor a amigos y colegas cercanos. Así nace, en 2024, ‘A mis espaldas’, una colección de poemas en décimas, un estilo poético caracterizado por estrofas de diez versos. También incluye Haikus, un estilo de poesía japonesa centrado en la naturaleza, y refleja, sobre todo, la búsqueda de la poesía que, según Rubén, parece haberse abandonado: “No sé por qué, no me lo explico”.
“En esta obra evoluciono un poco. Hay espontaneidad, pero también recursos, nacidos de la calle, del hogar y del paisaje. ‘A mis espaldas’ es un compendio de poemas en el que el pasajero está muy presente, porque está intrínsecamente ligado a mi experiencia”, explica Rubén.
El título hace referencia a su público, a los pasajeros a quienes se dirige a través del retrovisor: “Siempre llevo mi auditorio a mis espaldas”, dice el poeta. Las ilustraciones de la portada y contraportada del libro fueron realizadas por el diseñador gráfico, Juan Perdomo Farfán.
Neiva, una gran fuente de inspiración
Para Rubén, Neiva es una fuente de inspiración inagotable, no solo por sí misma, sino por todo lo que en ella habita, que la convierte en una musa perfecta. “Mi fuente de inspiración tiene mucho que ver con el río, con el bosque, con los montes, con las montañas y con la ciudad”, asegura Rubén.
Siempre lleva esta obra en su taxi para tenerla a mano y acercarla a los lectores. Quién sabe, tal vez algunos se animen a llevarse un ejemplar a casa. También tiene planeadas presentaciones de su libro en diferentes lugares de tradición cultural en la ciudad, para el público ansioso de buena poesía.
“Cuando todos se marchan
Con las axilas atestadas de sal,
en los zapatos arden las horas
y en las calles, la rutina es el silencio
se encienden los hogares del grillo
y los insectos habitan la bombilla,
llegan los loros
a las copas de las ramas,
traen en sus picos
los guijarros del campo
y gritan enfurecidos
mientras los pasos
ya no tienen reversa.
Son los habitantes nocturnos
de La Toma y del parque,
los que vienen a dormir en la ciudad
cuando te cansas
de vivirla por tus avaros afanes”.
Poema “Anochece”, del libro ‘A mis espaldas’.