Las voces que hablan del deterioro de la seguridad en las zonas rurales de varias regiones del país, incluyendo al Huila, no pueden ser menospreciadas.
La advertencia que hiciera en conversación con LA NACIÓN el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Jorge Enrique Bedoya, merece la atención no solo del gobierno nacional sino de las autoridades regionales y locales.
“Un aspecto fundamental sobre el cual ha venido generándose una gran preocupación en el sector agrícola en todo el país es el tema de la seguridad. Es algo que preocupa porque en diferentes zonas rurales se han presentado extorsiones, invasiones, quema de fincas y asesinatos”, fueron las palabras del dirigente gremial.
La versión del representante de la máxima asociación gremial agropecuaria de carácter nacional, integrada principalmente por las diferentes asociaciones, instituciones y empresas de la producción agrícola y pecuaria del país, es respaldada no solo por las cifras oficiales sino por la realidad local y regional.
En el caso del Huila, no se puede ocultar el acoso que están viviendo los productores agropecuarios en varias regiones rurales del departamento. Además de las extorsiones, cafeteros, ganaderos, piscicultores y empresarios del agro están siendo intimidados de manera permanente por bandas de delincuencia común y organizaciones ilegalmente armadas como las disidencias de las Farc.
El clima de inseguridad es tal que algunos empresarios del campo han optado por dejar de visitar sus fincas y predios.
Lo que han sufrido los huilenses, puntualmente, es un fortalecimiento de las disidencias de ‘Iván Mordisco’ cuando apenas estas estaban en una mesa exploratoria de diálogos con el gobierno de Gustavo Petro. Varias estructuras de este grupo criminal han logrado imponer su ley del terror en diversas zonas rurales, a la vista de las autoridades.
La gran preocupación es que si el deterioro de la seguridad se agudiza, el campo entrará en una crisis cuyos resultados impactarán más temprano que tarde a todos los colombianos.