Ahora resulta que el país político y el Gobierno Nacional creen que no pueden tramitarse, al mismo tiempo, dos de las reformas más urgentes tanto para la salud como para las finanzas estatales y, sobre todo, para hacer efectivo el postulado esencial de nuestro ordenamiento como sociedad colombiana, esto es la condición de ser un Estado Social de Derecho. Ahora resulta que el país político y el Gobierno Nacional creen que no pueden tramitarse, al mismo tiempo, dos de las reformas más urgentes tanto para la salud como para las finanzas estatales y, sobre todo, para hacer efectivo el postulado esencial de nuestro ordenamiento como sociedad colombiana, esto es la condición de ser un Estado Social de Derecho. Están en juego tanto la calidad, cobertura y confianza en el sistema de salud como los criterios de equidad, igualdad y justicia en materia pensional bajo un sistema de los más desequilibrados del mundo: un sistema de jubilación que pagamos todos los colombianos, incluyendo a los más pobres, para beneficiar a una minoría selecta, privilegiada y de ricos que se quedan con la mayor parte de los subsidios pensionales. Primero ha sido el encontronazo de tres de los ministros más importantes del gabinete, los de Salud, Trabajo y Hacienda, cada uno por su lado alegando que su respectivo tema es más importante que el otro, que este no se puede tramitar junto con aquel y que no hay ambiente para esta pero sí para la otra. Es evidente la desconexión de los ministros a falta de una seria directriz del Presidente de la República en la materia. Cualquiera supondría que el Jefe del Estado ha dado el aval para que las dos reformas se presenten al Congreso pero así no parece. Y ahora, en el Congreso de la República se palpa una evidente incertidumbre sobre el trámite de la reforma pensional que alista el ministro de Trabajo, Rafael Pardo Rueda. Ha dicho ya el presidente del Senado, Roy Barreras Montealegre, que la prioridad en el Congreso es la reforma a la salud y que no se ve viabilidad ni clima político para el proyecto de las pensiones. Alega que la reforma a la salud debe ser tramitada primero porque la reforma pensional necesita mucha más socialización y necesita ser más clara porque está muy confusa. Lo que es evidente, en todo caso, es que como la salud es un asunto general, de contenido abierto y de beneficio global para todos los colombianos, sin distinciones, su trámite será más expedito. Y, a su vez, el asunto de las jubilaciones ataca sin duda ninguna aberrantes privilegios de los cuales son beneficiarios, en grueso número, muchos congresistas y ex congresistas, amén de los altos magistrados de las cortes. De manera que hay en este segundo tema unos dolientes de mucho mayor peso político y de lobby para entorpecer su marcha y evitar que, vía ley o acto legislativo, se acaben estas irritantes prebendas pensionales. Por ello, de lo que no debería haber duda es de que las dos reformas, si el Congreso lo quiere, pueden pasar sin problema. Otra cosa es que quieran. “Están en juego tanto la calidad, cobertura y confianza en el sistema de salud como los criterios de equidad, igualdad y justicia en materia pensional bajo un sistema de los más desequilibrados del mundo” EDITORIALITO El ministro de Salud Alejandro Gaviria presidirá evaluará hoy con los actores del sector, no sólo los alcances de la reforma que se proyecta. También examinará las medidas de aseguramiento, el estado de la cartera y el alto nivel de endeudamiento de las EPS con la red pública. Ojalá que la audiencia contribuya a remediar los graves problemas que vienen asfixiando a los hospitales públicos.