Santos, avances y retrocesos

El marchista laboyano Eider Arévalo, se ubicó ayer en el puesto 20 en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una honrosa posición para un joven deportista que compite por primera vez en esta categoría. El solo hecho de su participación en el certamen global, es un formidable logro, que nos llena de orgullo. Por primera vez desde que asumió el poder, el presidente Juan Manuel Santos la imagen favorable cayó vertiginosamente, a pocos días de cumplir la mitad de sus cuatro años de mandato. El respaldo popular pasó del 70 al 47 por ciento, según la última encuesta divulgada el domingo pasado por varios medios de comunicación. La fallida reforma a la justicia, que generó la indignación del país y provocó su entierro, influyó notablemente en la percepción y en la imagen tanto del Gobierno como del Congreso. Independientemente de las encuestas y el debate mediático, los dos años de Gobierno han marcado avances y retrocesos. Pese a la percepción de desconfianza y pesimismo que registran las encuestas, entendidas como un retrato de un momento, el país no está en ruinas ni se está derrumbando. La economía colombiana, sigue mostrando una notable estabilidad macroeconómica en medio de un contexto externo incierto y volátil, lo que ha aumentado su atractivo para la inversión extranjera. El Producto Interno Bruto alcanzó un crecimiento de 4,7% como lo certificó el Banco de la República. Aunque constituye una desaceleración sigue siendo superior al del promedio de la década de 2000 (4,3%) y similar a lo estimado para la capacidad potencial de la economía. Las llamadas locomotoras para impulsar el desarrollo nacional no despegan con el dinamismo que el país esperaba. Hay que reconocer avances en los principales indicadores: inflación, inversión extranjera, empleo, comercio exterior y relaciones internacionales. Las perspectivas del crecimiento del seis por ciento anual quedaron rezagadas. Santos rediseñó la arquitectura de la rama ejecutiva, pero no le ha metido la ingeniería que se requiere para hacerla competitiva y jalonar los grandes cambios que el país espera. Tampoco las grandes reformas especialmente en materia tributaria, salud, pensiones, educación superior y justicia. El país no vive las grandes transformaciones. Si bien la ley de víctimas y la restitución de tierras, se cristalizaron como dos grandes iniciativas, aun no se ven los resultados. El nuevo sistema de regalías, despojó a las zonas productoras de un derecho constitucional y recentralizó su manejo. Las trabas impuestas por la nueva tecnocracia ha impedido la agilidad de los giros, ocasionando una total parálisis en la inversión social en las regiones. La percepción de inseguridad, claramente sectorizada, no tiene la connotación que los detractores han querido presentarla, ni el país está al borde de la guerra ni están en peligro la institucionalidad ni la estabilidad de la democracia. Lejos están quienes creen que hay debilidad y que se está claudicando frente a la amenaza terrorista. Aunque Santos insiste en que tiene en la mano la llave de la paz no tiene planillada una agenda en esta materia. La salida militar sigue siendo, contrario a los que sus detractores piensan, la única opción. El marco jurídico de la paz, marcó apenas un camino, que no será fácil transitar, por la misma complejidad del conflicto armado. Dos años después, la era Santos muestra un acelerado reformismo antes que las grandes reformas que el país esperaba. DESTACADO “Dos años después, la era Santos muestra un acelerado reformismo antes que las grandes reformas que el país esperaba”. Editorialito El marchista laboyano Eider Arévalo, se ubicó ayer en el puesto 20 en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, una honrosa posición para un joven deportista que compite por primera vez en esta categoría. El solo hecho de su participación en el certamen global, es un formidable logro, que nos llena de orgullo.