El Banco de la República presentó un análisis de los diferentes sectores que componen la economía del Huila, revelando que se han debilitado los indicadores del sector secundario. ¿Qué está afectando?
CATERIN MANCHOLA
Segunda entrega
Al igual que el sector primario del Huila, durante el tercer trimestre del año los indicadores del sector secundario experimentaron un debilitamiento en términos anuales, así como frente al trimestre anterior, lo cual va en sintonía con la desaceleración económica por la que atraviesa el país.
Así lo muestra el informe económico regional elaborado por el Banco de la República, donde analiza la Región Centro que comprende Caquetá, Huila y Tolima.
Para el caso del Huila el Emisor analizó cómo van las actividades de construcción y servicios públicos.
Construcción, en rojo
De acuerdo con el informe, durante el tercer trimestre del año “los indicadores líderes del sector de la construcción de edificaciones continuaron debilitándose”. Detalló que los resultados se ubicaron en terreno negativo ante una baja dinámica comercial e intención de compra de los hogares.
Así mismo, “las altas tasas de interés, los costos en la canasta de insumos y la lentitud en la asignación de beneficios no solo han venido desestimulando la oferta, sino que se tradujeron en desistimiento de promesas de compraventa prestablecidas”.
Según las cifras del Censo de Edificaciones del Dane, luego de varios trimestres con aumento, el área causada –en construcción- en la región centro registró un descenso de -9,2% entre julio y septiembre, respecto al mismo periodo del 2022. Esto marcó un “contraste con el desempeño de la actividad durante la crisis sanitaria de 2020, cuando tuvo especial importancia sobre los encadenamientos sectoriales, los cuales permitieron influir en su momento en la producción, ventas y empleo de los sectores asociados”.
Desagregado por destino de obra, de acuerdo con el análisis del Emisor, la menor superficie efectivamente intervenida se concentró en el segmento residencial, sobre todo la orientada a la construcción de soluciones multifamiliares con una variación de -9,9%. Por territorios, se presentó una mayor afectación de la actividad en Neiva.
De otra parte, en la región centro el área culminada presentó un incremento anual de 80,4%. Lo anterior también ‘pasó factura’ en los insumos, por ejemplo, el cemento gris recibido en Tolima y Huila cayó 11,8%, completando cuatro periodos con variación negativa. Entre tanto, otros indicadores solo para el vecino departamento del Tolima, calculados por el Dane, como la producción de concreto premezclado y los despachos de mezcla asfáltica disminuyeron 19,4% y 44,3% respectivamente.
“En un ambiente de incertidumbre y de desaceleración de la actividad, la superficie autorizada para construir pasó de un total de 768 mil en el lapso julio-septiembre de 2022 a 231 mil metros cuadrados igual periodo de 2023, lo que significó una reducción de -69,9%, explicada por el componente de edificaciones para soluciones habitacionales”, sostuvo el Emisor. En número de unidades, representa una caída de 7.291 a 464 unidades de vivienda.
En contraste, lo positivo es que la inflación de los precios de la canasta representativa de insumos requeridos en la construcción de edificaciones continuó a la baja, y tanto Neiva como Ibagué están por debajo de la media nacional.
Por último, en la región centro el mercado de vivienda nueva según el estudio georreferenciado de Camacol tuvo un descenso de -36,4% en unidades vendidas, continuando la tendencia negativa de los últimos seis trimestres. La mayor contracción ha sido en la vivienda de interés social (VIS), “donde se reportaron desistimientos de contratos ante los cambios en criterios para recibir subsidio gubernamental, aumento en las tasas de interés y dificultades para poder lograr el cierre financiero en la negociación. Acorde con lo anterior, los lanzamientos e iniciaciones de proyectos en nuevas etapas de edificación se contrajeron”.
Bajó demanda de servicios
El informe del Emisor alerta que durante el tercer trimestre del año las cifras disponibles sobre servicios públicos para la región centro estuvieron acordes con el debilitamiento de la actividad económica, por lo que la demanda de energía eléctrica y de gas natural disminuyeron en términos anuales, no obstante, el consumo de agua aumentó.
Según estadísticas del Sistema de Información Eléctrico Colombiano de la Unidad de Planeación Minero Energética del Ministerio de Minas y Energía, la demanda agregada de energía eléctrica en la región arrojó una variación anual de -7,9%.
Por departamentos, el mayor impacto se dio en Huila, que contribuyó con 4,4 puntos porcentuales (pp) de la variación, mientras Tolima lo hizo con 3,5 pp.
Entretanto, la demanda de gas natural para la región centro registró un resultado negativo al obtener una variación anual de -2,2%, según cifras estadísticas suministradas por Alcanos S.A. E.S.P., afectada por el menor consumo de los usos vehicular, residencial y comercial, mientras que el industrial aumentó ligeramente.
Finalmente, cabe anotar que al sector secundario de la región centro lo componen la industria, los servicios públicos y la construcción, pero debido a su bajo desempeño en Huila, de la primera actividad no se registran cifras.
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