Dieciocho familias que habitan la ribera de la quebrada La Toma, entre carreras 20 y 25, deberán ser reubicadas por encontrarse en zona de alto riesgo; el peligro de una creciente o el desplome de la bancada, amenazan su integridad.
La Personería de Neiva en busca de garantizar el bienestar de estas familias interpuso una acción popular, por lo que un juez expidió medidas cautelares y ahora el Municipio debe, en un lapso de tres meses, reubicar a estas personas.
“Presentamos a nombre de la señora Amparo Cabrera una acción popular, que tuviera de presente a las demás personas que viven cerca de la ribera de la quebrada La Toma, especialmente donde ya no está canalizada, ya que estas personas han vivido 20 o 30 años en el sector sin ningún problema, en el sentido de que las alcaldías y las administraciones pasadas no les han dicho nada, antes les han instalado servicios públicos y les han cobrado impuesto predial”, dijo Jesús Andrés Vargas, personero de Neiva.
Y añadió que, “ahora es que se da la definición de alto riesgo en la que están, y es la misma señora Amparo Cabrera quien aseguró que todos los días se les come un pedazo de terreno la quebrada, más cuando están en época de lluvias porque el crecimiento del afluente es considerable”.
REUBICACIÓN
La Dirección de Vivienda a quien corresponde atender la medida cautelar impuesta por el juez, tiene tres meses para dar solución y reubicar temporal o definitivamente a las 18 familias, tras el censo realizado por la Oficina de Gestión del Riesgo, el jefe de cartera de la dependencia ya analiza alternativas como un subsidio de arriendo, mientras se busca la manera de facilitarles una vivienda digna.
Otra de las opciones que se analizan es la posible desviación del río para que no genere riesgo; no obstante, se debe tener en cuenta que según las normas actuales para recuperación de fuentes hídricas, se estipula que deben estar a más de 30 metros de cualquier infraestructura para facilitar el tema de reforestación.
NO QUIEREN DEJAR SUS VIVIENDAS
Pese a que son conscientes del riesgo, los habitantes del sector no quieren dejar sus viviendas, sus exigencias son otras.
“Eso no tiene chiste, nosotros queremos es que nos hagan el muro, aquí hemos peleado es para que nos hagan el muro, porque si nos reubican, nos mandan para la “Patagonia” y aquí no pagamos bus al centro”, dijo Antonio Flórez, residente del sector.
Don Antonio es un abuelo de 82 años que trabaja como obrero de construcción, es el esposo de doña Amparo Cabrera y su vivienda es una de las que más se afecta cuando hay creciente de la quebrada, no obstante, asegura que no se irán de allí porque no creen que el riesgo sea tan grande, a pesar de que en época de lluvias se inunda su casa.
“Si es que hemos vivido acá 32 años, el agua ha subido a este nivel (señala la pared de su vivienda), y hemos sobrevivido, y ahora desde hace 10 años dejó de crecer, entonces ya eso no me preocupa a mí”, acotó don Antonio.
Las autoridades consideran que el muro de contención no es una solución ya que la fuerza hidráulica que lleva la quebrada y la curva que hay donde ellos viven, va a destruir todo lo que se construya.
OPINIONES
Libardo Vargas, habitante del sector
“Ellos sí están mal, cuando se crece La Toma, tiene que salir corriendo. Desde hace más de 50 años cuando La Toma crece, se reboza”.
Viviana Perdomo Ramírez, habitante del sector
“Para mí sería muy bueno que canalizaran, doña Amparo es la más afectada, la vez pasada la alcaldesa le dio casa y no se quiso ir, los demás habitantes no han tenido ningún problema con la quebrada La Toma, entonces que canalicen”.
La quebrada La Toma representa un riesgo para familias que habitan en la ribera del afluente. Foto Sergio Reyes.