Esta semana la Superintendencia de Sociedades, le comunicará oficialmente a la cadena familiar más importante del Huila, Almacenes Yep, si entra en liquidación o podrá reorganizarse. LA NACIÓN, hace un recorrido de la historia de esta importante cadena de almacenes y revela en diálogo con su actual gerente Jesús Alirio Yepes, la verdadera causa de la crisis financiera que hoy tiene a la empresa, ad portas de cerrar sus 18 tiendas en Colombia.
¿CÓMO NACE UN SUEÑO?
Almacenes YEP, se remonta a la sangre comercial de la familia Yepes en el año 1922, cuando Luis Eduardo Yepes Pérez funda en Barranquilla la primera sucursal de ‘Almacenes Ley’, ciudad donde se instaló luego que en Manizales, su tienda ‘La Fontana’, hubiera sufrido un incendio.
Almacenes Ley, en Barranquilla
Almacenes Ley, tiene en su empresa trabajando a la familia, dentro de ellos los hoy fundadores de Almacenes YEP, quienes con el paso del tiempo y al laborar para Luis Eduardo, soñaron con montar su propio negocio. Para los años 1950 hasta 1958, Manuel Yepes Pérez hermano menor de Luis Eduardo Yepes Pérez y sus hijos Alfonso y Franz Yepes Cardona, deciden abrir al público una tienda en el municipio de Fresno (Tolima) denominada ‘Manuel Yepes e Hijos Ltda’.
“Manuel Yepes e hijos Ltda”
Pero el sueño no estaba cumplido, había algo que les hacía falta. Es entones, que al año siguiente en 1959, Manuel Yepes Pérez y su hijo mayor Alfonso Yepes Cardona, escucharon de un pueblo llamado Neiva en el vecino departamento del Huila, y tomaron la decisión de ir a conocer ese lugar y les encantó. Alfonso Yepes, convenció a su padre Manuel de trasladar la tienda, que todavía tenía el mismo nombre ‘Manuel Yepes e Hijos Ltda’ para la capital y la instalaron en la Carrera 5 esquina con calle 6, a la cual se unirían posteriormente el resto de sus hermanos.
Almacenes YEP en Neiva, en la carrera 5 con calle 8
Comenzó a cristalizarse ese gran sueño, y una tarde Alfonso escuchó un ruido fuerte en el cielo y al observar miró un avión, un JET. Pensando en lo que quería hacer con su almacén, le llamó la atención el concepto del JET, que combinaba con su apellido sería YEP. Que no significaría simplemente la familia Yepes, sino que quería una empresa que fuera veloz, rápida, y que volara muy alto. Es así, que le cambió el nombre a su tienda por ‘Almacenes YEP Ltda’. A los pocos meses, los deseos de Alfonso no se hicieron esperar, y debió buscar un espacio más amplio para operar, y se ubicó entre la carrera 5 con calle 8, donde todavía funciona.
Desde ese momento, el proyecto familiar empezó a crecer, bajo un único objetivo que se habían propuesto sus fundadores: “Mantener unida por siempre a la familia”, ese era el gran propósito de Alfonso y su padre.
Almacenes YEP, en Neiva se convirtió en el punto más importante del país, muy querido por todos los neivanos y los huilenses. Las empanadas de carne, las ensaladas de barra y los buñuelos que SE horneaban en la cafetería, se convirtieron en lo más famoso de la ciudad.
EXPANSIÓN Y CRECIMIENTO
La expansión de Almacenes YEP, inició en Garzón, Pitalito y Florencia, todos estos puntos, empezaron a demostrar lo que significaba la familia Yepes. Alfonso, invitó a cada uno de sus hermanos a trabajar y todas las tiendas eran administradas por ellos, de tal manera, que el negocio estaba en las mejores manos.
La cadena siguió creciendo, con un valor agregado muy importante, siempre donde llegaba rompía precios, y la gente terminaba comprando en estos almacenes porque eran muy asequibles, haciendo alusión a su recordado lema: “sus mejores compras”.
Las ventas empezaron a aumentar y la fuerza de Almacenes YEP, les permitió entonces abrir más tiendas en el Centro – Oriente, Magdalena Medio, Neiva y Alrededores, Sur de Colombia (Huila, Caquetá, Tolima, Boyacá, Meta, Putumayo y Bogotá).
El Almacén de la capital de la República tiene su historia y realmente obedeció a un tema de formación para los hijos de la familia Yepes, que ya estaban creciendo y no encontraban una oferta educativa apropiada y diversificada en las pequeñas ciudades, además, de poder tener unas mejores relaciones y negociaciones con sus principales proveedores.
DECADENCIA
Con el paso del tiempo Almacenes YEP, continúa abriendo otros locales en ciudades pequeñas pero atractivas para su negocio. No obstante, aunque cada almacén era realmente exitoso y generaba importantes utilidades, las directivas de la empresa empezaron a tomar otras decisiones.
Almacenes YEP Ltda, ya no solo se dedicaba a montar sus tradicionales tiendas, sino que empezó a construir centros comerciales, un negocio que para ellos era nuevo, pero tenían la convicción y las cifras proyectadas en generar un aumento importante de utilidades para la empresa. Por lo menos, así fue presentado por la administración que impulsó a la Junta Directiva, a aprobar la construcción de dos centros comerciales.
Un nuevo foco empezó a gestarse, los almacenes continuaban funcionando pero se iniciaron a hacer grandes inversiones para comprar tierras y construir los centros comerciales.
Nace entonces el Oasis Plaza que abrió sus puertas el día 08 de diciembre de 2011 con 64 locales comerciales, 52 parqueaderos, plazoleta de comidas, zona de juegos, bancos y el almacén ancla el YEP. Ubicado al sur de Neiva, con unas enormes expectativas por el desarrollo que se esperaba en esta zona de la ciudad.
Sin embargo, los resultados no han sido los mejores y aunque actualmente, el sur de la capital es otro, Oasis Plaza no logró su punto de equilibrio. Unos días después, se abrió Morichal Plaza un centro comercial ubicado en Yopal Casanare, inaugurado el 15 de diciembre de 2011, con 60 locales comerciales, con 2 almacenes ancla (Alkosto y Almacenes YEP) y 3 salas de cine. Tiene un área total de 10.000 m2. Pero a la fecha todavía no están ocupados la totalidad de sus locales.
Con estos proyectos, la situación financiera de Almacenes YEP, comienza a apretarse. Su flujo de caja ya no les permitía ponerse al día con los proveedores, con los préstamos y tampoco con la operación normal de la empresa.
Llegan después los embargos, la alerta de los bancos, los acreedores y la difícil situación para poder operar. Esto conlleva a un ‘campanazo’ a los miembros de la junta directiva y de la sociedad, de que algo no estaba funcionando bien.
Finalmente, en el mes de junio la Junta Directiva de Almacenes Yep, toma el manejo de la empresa, le piden al gerente del momento Juan Carlos Lopera dar un paso al costado, y nombran al señor Jesús Alirio Yepes, primo hermano de Lopera, para darle una salida a la difícil situación que hoy enfrenta el Almacén y “salvar ese hijo”.
La decisión avalada por la Junta Directiva, fue someterse a la Ley de insolvencia 1116 de 2006, que tiene por objeto la protección del crédito y la recuperación y conservación de la empresa viable, a través de procesos de reorganización y de liquidación judicial.
En este sentido, Almacenes Yep, espera que esta semana se le defina si debe reorganizarse, o entrar a liquidarse.
“Quiero salvar este hijo”.
Son las palabras del nuevo gerente de almacenes Yep, Jesús Alirio Yepes, al revelar la actual situación en la que se encuentra almacenes de cadena.
¿Cuál es la situación hoy de Almacenes YEP?
Estamos a la espera de que Supersociedades nos ratifique en la inclusión para la reorganización de Almacenes Yep, bajo la Ley 1116 a través del superintendente delegado para este proceso específico, Nicolás Polanía Tello y estamos confiados que esta semana nos entreguen la resolución con la buena noticia, para que se puedan reversar los embargos de los que hoy somos objeto.
¿Cuál fue el detonante de la crisis de Almacenes YEP?
El año pasado en el mes de agosto, a una empresa se le debía la suma de 150 millones de pesos y se le canceló el dinero que se le adeudaba, pero ellos hicieron un proceso de embargo de las cuentas de Almacenes Yep, lo que nos dejó sin flujo de caja para poder operar y los dineros que tienen esas cuentas pues están congelados. Esto generó una alerta en los bancos, nos negaron préstamos y de inmediato las entidades financieras nos exigieron los pagos y desde luego, también los proveedores también empezaron a embargar nuestros almacenes como el de Campoalegre y el de Bogotá.
¿A cuánto ascienden las deudas?
A proveedores les debemos 40 mil millones de pesos, bancos por el orden de 60 mil millones pesos y otros pasivos 20 mil millones de pesos.
¿Realmente qué generó la crisis?
Perdimos el foco de Almacenes Yep, nosotros por 56 años habíamos sido considerados como una de las mejores empresas que pagaban a sus proveedores. Cuando empezamos a construir centros comerciales hace cuatro años, bodegas y salirnos del foco, que era vender mercancías nuestro principal negocio y generar utilidades, nos comenzamos a desviar y entrar en esta situación. Esta visión, fue la del gerente en su momento Juan Carlos Lopera, quien empezó a visualizar, construir y concretar esos centros comerciales y que como Almacenes YEP, íbamos a hacer el almacén ancla en cada uno de ellos.
Pero eso no es malo, es una nueva línea de negocio…
No es una mala visión, el problema es que no hay claridad sobre cómo se dio el proceso de adquisición de lotes, construcción, negociación de estos centros comerciales. En estos momentos hay diferencias con nuestro primo, en donde tendrá que dilucidarse qué pasó con esos dineros y cómo fueron las inversiones.
Lo que quiere usted decir, ¿es que hay dudas sobre las inversiones de los centros comerciales?
Tenemos todas las dudas e inquietudes sobre esas inversiones. Queremos tener claridad de que pasó con esas inversiones y otras que se han hecho en bodegas en el departamento de Cundinamarca, en Funza; necesitamos clarificar esas inversiones y otros manejos de dineros. Estamos en un proceso de buscar claridad y Juan Carlos, deberá dar respuesta por supuesto, y dará claridad a todas las inquietudes que tenemos.
¿Las decisiones de hacer centros comerciales no son acaso resorte de la Junta Directiva?
La junta directiva si sabía, pero más que los centros comerciales, conocía era los números y la información que nos mostraba Juan Carlos como gerente, teníamos una total y absoluta confianza en él. Y total y mayor confianza como familia nuestra, porque es, y seguirá siendo nuestro primo. La información que mirábamos creíamos que eran los números reales y que era ciento por ciento la verdad. Si bien, se generaron algunos indicios que la empresa tenía problemas, siempre había una respuesta de la gerencia, donde nos hablaba que las situaciones eran temporales, cuando se embargó la cuenta que era temporal, y siempre la junta creyó en todas las respuestas que nos daba la gerencia a los problemas.
¿Torres del Oasis Plaza también es de ustedes?
No es de Almacenes Yep. Allí no se tiene ni un solo centavo invertido, ni un solo peso en construcción. Ese proyecto es particular y del anterior gerente Juan Carlos Lopera, nosotros no tenemos ninguna participación en esa construcción. Ni tampoco la sociedad.
¿Esta falta de claridad es la que genera su llegada a la gerencia?
Primero, en la asamblea ordinaria de socios en el mes de marzo, no se le aprobó a Juan Carlos el balance que presentó, al no firmarse ese balance, cada socio por primera vez llama asesores externos para que revisaran el balance, y entonces, encontramos muchas dudas sobre el mismo. Se atravesó luego Semana Santa, se comenzaron a mirar los números y en las juntas directivas donde empecé a participar como miembro de junta directiva a pedir información, siempre quedaba pendiente para la siguiente reunión las explicaciones del caso. El detonante es en mayo en una reunión con los bancos, y el gerente les hace una presentación pero no fue bien recibida por las entidades financieras, habían demasiadas inconsistencias y dudas. Es allí, donde Colpatria hace la solicitud a la Superintendencia para que Almacenes Yep sea tenida en cuenta dentro de la Ley 1116. Luego le pedimos a Juan Carlos, que nos mostrara las cifras, pero no nos ha querido mostrar nada, y luego lo que encontramos por escrito no coincide con sus palabras y los números que nos mostraba en un tablero.
Y entonces, ¿sacaron al señor Lopera de la gerencia?
Cuando no nos da claridad sobre manejo financiero, coincidimos como Junta Directiva que esa situación no podía seguir y que seríamos nosotros mismos quienes asumiríamos la empresa y nosotros mismos mirar los números sin intermediación de empleados mandados por Juan Carlos. Le pedimos entonces que diera un paso al costado como dicen los militares, que se haga a un lado. Nunca le dijimos que se fuera de la empresa, nunca le dijimos que saliera de trabajar. Simplemente queríamos tomar el manejo de la empresa para conocer qué estaba pasando. Pero desde el día 12 de junio no volvió a Almacenes Yep, solo el día el 22 de junio para ampliar una información a la Superintendencia. La Junta Directiva entiende que cuatro personas no pueden manejar la empresa al mismo tiempo, por lo tanto, me nombran a mí, como representante legal.
¿Usted está diciendo que Juan Carlos Lopera tuvo malos manejos con los recursos de Almacenes YEP?
No voy a utilizar la palabra malos manejos. Yo digo que el señor Juan Carlos Lopera tendrá que responder por muchas dudas e inquietudes que tenemos como miembros de Junta Directiva, así como la sociedad en pleno.
¿Están rotas las relaciones con su primo y la familia?
Nosotros en reunión de asamblea asistimos todos, se hacen las reuniones y aunque tuvimos diferencias, ya entendemos que debemos seguir adelante y dilucidar esas dudas. Juan Carlos es mi primo, hermano, compadre y tenemos nexo enorme de solidaridad.
¿Almacenes YEP está quebrado?
Si vemos los números, sí lo estamos. Pero la familia Yepes ya le pasó a la Superintendencia de Sociedades una información donde los socios de esas empresas ceden esas deudas a favor de Almacenes YEP, para así, lograr bajar los pasivos del balance a un orden de 50 mil millones de pesos. Para que activos y pasivos queden más cercanos en números, y ya no se hablaría de quiebra sino de posibilidades para salir adelante.
¿Qué pasará con la familia Yepes si la Superintendencia esta semana ordena la liquidación?
La familia Yepes quedaría en quiebra. La Superintendencia nombrará una persona para ser liquidador y en este escenario, todo lo que se liquide y se venda es para pagar las obligaciones, cualquier cosa que valga 10 pesos, se podrá liquidar por dos o tres pesos, porque esa persona tratará de recuperar algo de dinero para su salario y pagarle a todos los demás deudores.
¿Su padre les perdonaría esta situación?
No. No, porque hemos incumplido con el personal vinculado, con los trabajadores, no porque no le hemos cumplido a los proveedores pagando oportunamente. No porque hemos generado que muchas personas naturales y jurídicas estén en una situación económica muy difícil. No porque hemos dejado que el nombre Almacenes YEP esté en el piso, el jamás lo hubiera querido, y jamás en su tiempo de vida, aunque tuvimos momentos difíciles, Almances YEP estuvo como estamos ahora.
¿Qué ha pasado con los empleados?
Finalizando el año 2013, teníamos 900 empleados directos, más los indirectos. En este momento con nuestra crítica situación estamos en 500 personas. Nos estamos apretando muchísimo y cuando cumplen su periodo en el contrato, simplemente no les podemos renovar. Si no tenemos flujo de caja, sino hay ventas de mercancía, qué más podemos hacer.
¿Qué queda en los Almacenes YEP?
Tenemos una décima parte del surtido que podía encontrarse hace dos años. Han desaparecido sectores como frutas, verduras, carnes. Porque no tenemos mercancías para funcionar. Una empresa dispone de un inventario de 45 a 90 días máximo, por supuesto, hemos tenido que agrupar la mercancía y reducir espacios.
¿Qué sentimientos le embargan frente a una posibilidad de cierre?
Estamos con un completo dolor en el alma, en el corazón, los primeros pasos los recorrí en Almacenes Yep en Neiva y hemos crecido con esta empresa…Estamos muy afectados en todo sentido, no solo por lo económico.