Al iniciar su participación oficial como Señorita Huila, ¿cuéntenos sobre el tercer Minicromos del que hizo parte?
El Minicromos fue un abrebocas para lo que va a ser Cartagena, fue un entrenamiento duro por los horarios, de cómo va a ser la coordinación de todo el trabajo y con las chaperonas hacia las candidatas. El fogueo periodístico fue más fuerte y constante, demasiadas entrevistas, con prensa, radio y televisión. Además del contacto con los columnistas, que en realidad ellos son el ojo crítico del Minicromos, lo que fue también una oportunidad para conocer a las otras concursantes.
El recorrido que hicimos fue en un crucero por Cartagena, Aruba, La Guaira, Curazao y Colón. Conocimos el casco urbano de Ciudad de Panamá, la parte antigua y pudimos estar en la zona libre de Colón.
¿Cómo se siente con relación a las demás candidatas?
La competencia está en mí, empecemos por eso. Soy yo quien está compitiendo contra mis antiguos hábitos, contra la responsabilidad que implica el título de Señorita Huila, donde no solo respondo por mi imagen. Si hablo de mis compañeras, cada una en su estilo, con sus características, todas muy bonitas, pero el ojo crítico está en los jurados.
¿Cuál fue el rol social que cumplió estos días en Neiva?
Dos días en los que recorrimos distintas fundaciones. En el Albergue Infantil ‘Mercedes Perdomo de Liévano’ los niños me llenaron de cartas, los regalos que hacen con materiales reciclados, un espacio muy especial, muy emotivo. Igualmente, en la Fundación Amigos como Arroz, visitando medios, reuniéndome con varias personas que me han apoyado en este proceso.
¿Cuál es la agenda en los próximos días?
En cuanto vuelva a Bogotá, nos concentran en el Hotel La Fontana, de ahí partimos a Villavicencio para el desfile artesanal que será el 19 de octubre, para que a finales de este mes viajemos a Cartagena y pues finalmente no me queda más que agradecerle a las personas que me están apoyando, que creen en mí y decirles que allá daré todo lo mejor.
