Rodolfo Valderrama
Quienes hemos expresado inconformidad por la perversidad de nuestros dirigentes, el egoísmo y torpeza de la Oposición, el inocuo Acuerdo de paz y por la capacidad de aguante y fidelidad canina de buena parte del pueblo ante tanto atropello institucional, estamos relativamente optimistas porque una protesta tan generalizada no ocurría desde la caída de Rojas Pinilla con un agravante, el hambre; el asunto no es si se justifica o no la violencia o si estamos o no de acuerdo con los excesos, lo cierto es que siempre se han dado y seguirán presentándose, al parecer ignoramos antecedentes o somos ilusos; hemos tenido miles de protestas pacíficas y que hemos logrado?, poco y nada; ¿será que con respetuosas peticiones o movilización pacífica el gobierno hubiese retirado la reforma fiscal?, No; ¿será que padres a los cuales le incineraron hijos en un CAI de Soacha no tienen la mente trastornada y actúan irracionalmente ante el asesinato de un oficial de policía en el mismo municipio?, lo mismo ocurre en caso contrario cuando a un agente le asesinan compañeros; el debate vandalismo-retaliación-exceso policivo está pendiente. La versión gobiernista minimiza la protesta, son unos “pocos vándalos” apoyados por la subversión, niega las verdaderas razones.
La protesta no es por la reforma fiscal, peores nos han clavado, es la problemática social histórica, que la pandemia aceleró; recordemos las protestas pre-pandemia cuando Duque mamó gallo con la patraña del conversatorio, (no negociación) que duraría seis meses para conclusiones. Son muchos los casos de indignación por abusos oficiales entre ellos, un Congreso corrupto ilegítimo, costoso lleno de privilegios, dedicado principalmente a campaña para reelegirse; asesinato sistemático de líderes sociales y excombatientes; alarmante desempleo general, mientras parientes y allegados de congresistas, magistrados y altos funcionarios monopolizan lo mejores cargos; usurpación presidencial de entes de control; genocidio por privatización de la salud, o desaparición de pensiones. ¿Acaso no produce indignación que pese a carencia de alimentos en miles de hogares, Duque decrete nuevas primas del 30% para magistrados de astronómicos salarios, muchos con otros ingresos ?; que nombre ineptos en la Directiva del Emisor o autorice fracking y fumigación aérea?
Ojalá que la oposición no continúe desorganizada y presente propuestas estructurales concretas; de otra parte lo más probable es que nuestro gobierno mañoso continúe sin reconocer fallas y eludiendo reales soluciones (Que bien las conoce), mediante el llamado conversatorio nacional, “Quien ha sido es, no dejará de ser y guarda “pa la” vejez”. Quedaría la posibilidad de la presión popular, desafortunadamente con graves traumatismos, pues un gobernante insensato atiende más a un pueblo violento que al pacífico, y si la respuesta es solamente represión ya conocemos el final.