La sociedad colombiana ha logrado que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln, anuncie el abandono de la práctica del secuestro con fines extorsivos. Y lo hizo al término del quinto ciclo de los diálogos de paz que sostiene el grupo ilegalmente armado con el gobierno de Gustavo Petro.
“Un anuncio que creo que es trascendental para la paz en Colombia, como es el anuncio del Eln a suspender lo que el Eln llama las retenciones con fines económicos, el gobierno lo llama distinto, esto ligado a la prórroga del cese al fuego y a un compromiso conjunto del ELN con el Gobierno de suministrar información sobre las personas en cautiverio”, fue la reacción de la jefe de la delegación del gobierno Petro, Vera Grabe.
En efecto, se trata de un anuncio importante frente a un hecho que debió haberse dado hace rato: la guerrilla del Eln no podía estar negociando la paz, pero al mismo tiempo cometiendo vejámenes contra la sociedad civil. En este caso, el secuestro, bajo cualquier motivación, es una práctica ominosa que merece el repudio de todos los colombianos y no puede permitirse, viniendo aún más de un grupo ilegalmente armado que está en conversaciones de reconciliación.
Lo que debe venir ahora es que el gobierno de Petro haga cumplir ese anuncio y que, a través de un serio mecanismo de monitoreo y verificación, se desarrolle un gran seguimiento a las acciones del Eln en todo el territorio colombiano. También debe abrirse un espacio para que retornen sanas y salvas todas las personas que aún continúan en poder de este grupo guerrillero.
Lo mismo debe ocurrir con el Estado Mayor Central como se autodenominan las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’, quienes se han comprometido a no secuestrar.