Sin barreras para aprender

Un grupo de 60 reclusos de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva aprendieron a leer, escribir y realizar cálculos básicos de matemáticas. Un grupo de 60 reclusos de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva aprendieron a leer, escribir y realizar cálculos básicos de matemáticas. Muy orgullosos se graduaron del Grado Tercero de primaria, un enorme triunfo que les permite liberarse de la prisión de la ignorancia. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Aprender a leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas fue el objetivo que se trazaron 60 reclusos de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva, ubicada en Rivera. Durante ocho meses asistieron a las clases que les brindaron en el sitio de reclusión, con la firme convicción de romper las cadenas de la ignorancia y fortalecer su proceso de resocialización. No fue una tarea fácil. Sin embargo, los internos contaron con el apoyo de docentes especializados en la alfabetización de adultos. Con paciencia, voluntad y mucho esfuerzo, los prisioneros reconocieron los fonemas, las palabras y las oraciones, hasta que poco a poco las frases cobraron vida. Las operaciones matemáticas básicas también fueron un nuevo aprendizaje para sus vidas. Y mientras los días pasaban entre cuadernos y lápices, su tiempo de prisión también se redujo, gracias a los beneficios que les otorga la ley por desarrollar labores de estudio o de trabajo dentro del penal. Saben que tienen que cumplir un tiempo tras las rejas, que cometieron errores y que sus familias han sufrido mucho por sus malas decisiones. Sin embargo, hoy se sienten orgullosos de sí mismos, porque a pesar de las adversidades, la soledad y el encierro que padecen a diario, han encontrado un aliciente para seguir adelante. Con emoción recibieron los diplomas que acreditan su Tercer Grado de primaria elemental, así como los obsequios que les brindó Ecopetrol por su esfuerzo. Con la frente en alto se ubicaron frente a la cámara para la foto del recuerdo. Esta vez saldrían en la prensa como un ejemplo de esfuerzo y superación y no como el titular de un delito. A pesar de las barreras, las tristezas y las rejas, los reclusos son libres para escribir la historia de su vida y para restar los días que les quedan tras las rejas. Educar para liberar Enrique López Ramírez, coordinador del área educativa de la cárcel, dijo que la experiencia fue muy positiva y que durante varios años han desarrollado procesos similares. “Le hemos entregado a la sociedad más de 150 internos que ya saben leer y escribir, y que están haciendo sus primeros cálculos matemáticos”. “Ha sido un trabajo brillante que le podemos mostrar al país, porque estamos trabajando para acabar con la ignorancia de los internos. Muchos de ellos llegaron aquí porque eran explotados, como muchos colombianos y con este proceso educativo garantizamos, por lo menos, que no sean más engañados”, manifestó. Alba Luz Durán Perdomo, educadora, expresó su interés para que el programa continúe, ya que son más de 500 reclusos que esperan participar en él. “El Ministerio de Educación, Ecopetrol y OEI crearon el programa ‘Crecer para Alfabetizar Adultos y Jóvenes Reinsertados’. En la cárcel estamos por primera vez y fue un programa exitoso, apoyado por la Secretaría de Educación Departamental y logramos graduar a 90 personas. La experiencia fue estupenda, en estas paredes se encuentran también almas maravillosas, personas amables, dispuestas a colaborar. Ellos quieren aprender y redimir tiempo”. La educadora aseguró que los graduados terminaron el primer ciclo de estudios hasta Tercer Grado de primaria. “Esperamos continuar con el segundo ciclo hasta Quinto de Primaria, a partir del primero de mayo”, expresó. Con esfuerzo, dedicación y constancia, este grupo de internos aprendió a leer y escribir, bajo la dirección de la docente Alba Luz Durán Perdomo.