Ha hecho bien la justicia en imponer una fuerte condena contra el exdragoneante del Inpec, Marlio Cachaya, por el atroz crimen de su pareja sentimental, Milena Molano Urquina, en hechos ocurridos en Florencia, la capital del departamento del Caquetá.
Si bien el episodio se registró en tierras caqueteñas en julio pasado, el caso también tocó de alguna manera al departamento del Huila, pues el victimario resultó ser natural de Neiva.
El crimen fue espeluznante. Cachaya mató a cuchillo a la mujer, posteriormente la desmembró y lanzó el tronco del cuerpo al río Hacha de Florencia. Y otras partes del cadáver las enterró en un paraje del barrio Panorama de Neiva.
La necropsia demostró que la víctima había muerto tras recibir cuatro heridas abiertas. A continuación, fue desmembrada. “Asimismo, se lograría establecer que en este estado procedió a quemar el cuerpo”, detalló la Fiscalía.
El crimen lo habría cometido el exdragoneante del Inpec al enterarse de que su compañera lo dejaría nuevamente por su infidelidad y regresaría al municipio de Algeciras, donde había tenido un salón de belleza.
La rápida investigación de las autoridades permitió establecer la responsabilidad del individuo en la desaparición y muerte violenta de Milena. Ya capturado y ante un despacho judicial, el exfuncionario reconoció el crimen.
Por esta razón, fue condenado a 38 años y 6 meses de prisión por los delitos de feminicidio y desaparición forzada agravados.
Dos hechos preponderantes en este doloroso episodio: la celeridad con que actuaron los investigadores asignados al caso y la mano fuerte de la justicia a la hora de imponer el castigo contra el responsable del feminicidio en la persona de Milena Molano Urquina.
Frente a los feminicidios, la justicia no puede tener ningún tipo de contemplaciones o concesiones con los victimarios.