En materia de licores el Huila sigue improvisando. Desde que concluyó la concesión en el 2007, los gobiernos sucesivos no han definido una política clara para la producción, distribución y comercialización de los destilados regionales. En materia de licores el Huila sigue improvisando. Desde que concluyó la concesión en el 2007, los gobiernos sucesivos no han definido una política clara para la producción, distribución y comercialización de los destilados regionales. Al concluir el contrato de concesión la explotación del monopolio se comenzó a manejar mediante contrataciones directas para suplir el consumo interno lo que le costó una sanción al anterior gobernador. Y más cuando la contratación directa de la producción, comercialización y distribución de licores regionales, como ha venido ocurriendo en los últimos cinco años, no ha sido rentable para el Huila ni ha contribuido al incremento de las ventas. Por el contrario, las transferencias han sido inferiores a las recibidas durante la vigencia del contrato de concesión, según una evaluación realizada por la Contraloría General del Huila. Según la contraloría, la celebración sucesiva de contratos interadministrativos con idéntico objeto, con plazos cortos que normalmente derivan en significativos sobrecostos para la administración no sólo evidencia total improvisación, sino que se opone abiertamente a los principios de la función administrativa de rango constitucional y a los principios esenciales del régimen de contratación estatal. Y con las consecuencias que esta improvisación genera en las rentas departamentales. No han valido los pronunciamientos hechos por los organismos de control para ponerle freno a esta improvisación. Y justamente, cuando ya se venció el último contrato, se reacciona para intentar sobreponerse a un eventual desabastecimiento en una época crucial para el Huila, como son las fiestas del San Pedro. Es incomprensible que los recursos por concepto de monopolio de licores, continúen al vaivén y a la indecisión de los gobiernos de turno cuando en los últimos años la dinámica económica del Huila ha sido significativamente superior a la que se tenía cuando entró en vigencia el contrato de concesión en 1998. La solución definitiva quedará ahora en manos del nuevo Gobernador que salga elegido el 14 de abril, bajo la inevitable realidad de que las reservas del aguardiente se agotarán a finales del próximo mes. Y claro que habrá que esperar, si ello lamentablemente ocurre, actuación pronta de los organismos de control para determinar en justicia el grado de responsabilidad de cada uno de quienes han tenido en sus manos la solución a la problemática y la han dejado pasar, ocasionando los daños fiscales señalados. “No han valido los pronunciamientos hechos por los organismos de control para ponerle freno a esta improvisación”. Editrorialito La asonada registrada el domingo pasado en Palermo merece todo el rechazo ciudadano. Y refleja un fenómeno creciente de “amanecederos” instituidos para sacarle el quite a las restricciones para establecimientos destinados a la venta de licor. Un tema que debe regularse.