En la institución educativa de la vereda Chillurco de Pitalito se presenta un alarmante hacinamiento. En la institución educativa de la vereda Chillurco de Pitalito se presenta un alarmante hacinamiento. En el plantel escolar sólo hay cuatro aulas para 260 estudiantes, por lo que decenas de niños, niñas y jóvenes tienen que recibir sus clases a la intemperie. RODRIGO ROJAS GARZÓN LA NACIÓN, PITALITO Ante el aumento de cobertura en la institución educativa laboyana de la vereda Chillurco, las instalaciones se quedaron pequeñas para albergar a los 260 estudiantes de los 14 grados de Primaria, Secundaria y Media Vocacional, que acuden a la sede rural. Los niños, niñas y jóvenes tienen que recibir sus clases a la intemperie, ante la falta de infraestructura del plantel, que sólo cuenta con cuatro aulas. Los alumnos soportan el sol y la lluvia, y buscan como espacio de aprendizaje la sombra de los árboles, los corredores del colegio o cualquier espacio que encuentren los docentes. “Estamos en una situación bastante crítica en Chillurco. Los estudiantes tienen que padecer las incomodidades y las inclemencias del clima para recibir sus clases”, dijo el docente Humberto Peña. Creatividad El profesor manifestó que ante la carencia de aulas, se utiliza como salones de clases el laboratorio, el aula de Informática, las escaleras de una capilla contigua al centro educativo y el aula múltiple. Las habitaciones en las que residen los docentes también fueron adecuadas para que los estudiantes reciban sus contenidos académicos. “A pesar de eso no nos alcanzan los salones y tenemos que trabajar en la parte exterior”, señaló Peña. La problemática se puso en conocimiento de la Secretaría de Educación desde inicios del año pasado, sin embargo, las gestiones de los directivos del centro y de la Asociación de Padres de Familia ha sido infructuosa. “Nosotros solicitamos que se construyan con prontitud las aulas en cumplimiento en un mandato constitucional, como lo es garantizar el derecho a la educación”, aseguró un padre de familia. Los docentes radicaron ante la Secretaría de Educación un Derecho de Petición desde el 2011, solicitando condiciones de educación dignas para los estudiantes, pero sólo consiguieron el nombramiento de los maestros que faltaban en la institución, señaló la profesora de Sociales, Lilian Sofía Arias. No hay escrituras Según el profesor Elver Cantillo Gaviria, en el despacho local les informaron que los predios donde está construida la institución educativa no cuentan con las escrituras. Por esta razón, el docente consideró que desde hace dos años la secretaria se excusó y se despreocupó con la problemática, sin brindar ninguna solución. “Nos reunimos con funcionarios del Incoder para solicitar este documento, pero nos manifestaron que este diligenciamiento es responsabilidad de la administración municipal, porque estos predios son del Estado. El trámite se encuentra en la Secretaría de Educación, pensamos que los documentos ya fueron enviados al Incoder en Bogotá, para que asignen los recursos para construir”, dijo Cantillo. Padres de familias aseguraron que son muchos los estudiantes que tienen que caminar dos y tres horas para llegar a la institución académica, ante la ausencia de transporte escolar en la zona. Esta dificultad sumada al hacinamiento, se encarga de generar deserción escolar, manifestaron.