Un terremoto de magnitud 7,6 con epicentro en el estado de Guerrero golpeó el sur y centro de México durante varios minutos, dejando unas 500 viviendas dañadas y provocando que miles de personas evacuaran edificios, aunque sin constatarse por el momento víctimas. Pánico y daños en viviendas MÉXICO (AFP) Un terremoto de magnitud 7,6 con epicentro en el estado de Guerrero golpeó el sur y centro de México durante varios minutos, dejando unas 500 viviendas dañadas y provocando que miles de personas evacuaran edificios, aunque sin constatarse por el momento víctimas. El presidente Felipe Calderón afirmó que “hasta el momento no se reportan daños graves”, en su cuenta Twitter, @FelipeCalderón. Se trata del sismo más fuerte que ha sacudido México desde el terremoto de 1985 de magnitud 8,1 que provocó más de 6.000 muertos y destruyó barrios enteros de la capital. El sismo tuvo su epicentro en Ometepec, en el estado de Guerrero, cerca del océano Pacífico, en límites con el estado de Oaxaca, a unos 17,5 km de profundidad. Más de 500 viviendas resultaron dañadas o colapsadas en poblados del sur de México, informó el gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre. “Hay daños en más de 500 casas dañadas o colapsadas”, pero “no tenemos pérdidas humanas, en los poblados de los estados de Guerrero y Oaxaca” en cuyos límites tuvo epicentro el terremoto, dijo Aguirre en una entrevista con la televisora Milenio. En las calles de Ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes, hubo muestras de pánico, colapsaron las líneas telefónicas, se suspendió el servicio eléctrico y algunas construcciones antiguas sufrieron daños en los barrios más viejos de la capital. Sin embargo, la capital mexicana se mostró más organizada que hace casi 27 años y las evacuaciones se hicieron más ordenadamente, explicaron testigos. “Desalojamos a unas 50 personas, todo fue en orden, afortunadamente no pasó nada. El sismo fue fuerte, pero ahora estamos preparados a diferencia de 1985”, comentó a la AFP Francisco Bernal, de 39 años de edad y jefe de brigadas de una firma privada que tiene oficinas en el barrio Roma, uno de los más afectados entonces. “Cuando vi que las lámparas se movían, me puse de pie. Nuestro jefe de brigada (de la oficina) nos pidió desalojar y nos recordó que en estos casos no se debe gritar, ni correr, ni empujar. Sentí mucho miedo, pero me obligué a conservar la calma”, comenta Ana Fernández, secretaria de un edificio de la zona. El presidente Calderón añadió en otro tweet que “todas las instalaciones de generación eléctrica sin afectación y funcionando. Algunas interrupciones en distribución ya se atienden”. La hija mayor del presidente estadounidense, Barak Obama, Malia de 13 años, que se encuentra de vacaciones en la ciudad de Oaxaca, a 162 km al noreste del epicentro, está “sana y salva”, según informó la Casa Blanca en Washington. “Luego del terremoto de hoy, podemos confirmar que Malia Obama está sana y salva y nunca estuvo en peligro”, indicó a la AFP Kristina Schake, directora de comunicaciones de la primera dama Michelle Obama. El alcalde de la capital, Marcelo Ebrard, dijo a través de su cuenta de twitter (@m_ebrard) que se ordenó la revisión de varios edificios pero descartó daños mayores. “Procedemos a revisión de varios inmuebles con cuarteaduras, vidrios rotos o inclinación”, indicó. El tráfico colapsó en las principales avenidas, por la suspensión del servicio de semáforos, mientras que cientos de personas trataban de alejarse de los edificios más altos en zonas como el céntrico Paseo de la Reforma. La emisora Radio Formato 21 señaló que se reporta a una persona herida por la caída de un puente peatonal que cayó sobre un autobús sin pasajeros, en la zona norte de la ciudad. En el popular balneario de Acapulco, a 186 km del epicentro, no se registraron mayores daños informó Protección Civil que anunció envío grupos de socorro para atender la emergencia en la zona del epicentro. “Acapulco está libre (de daños), el problema podría ser en algunas zonas entre los límites de Guerrero y Oaxaca, pero estamos recorriendo”, comentó Humberto Calvo, de Protección Civil de Guerrero. El sismo fue particularmente fuerte y prolongado para los mexicanos que evocaron la tragedia de septiembre de 1985 cuando un terremoto de e magnitud 8,1, devastó la capital mexicana derrumbando 5.000 edificaciones y mató a más de 6.000 personas, según balances oficiales, o hasta 30.000 según organismos de socorro. El centro de alertas sobre tsunamis del Pacífico en Estados Unidos señaló que pese a la intensidad del sismo, no se generó una alerta de tsunami.