La Nación
Sistema carcelario, expresión de nuestra indolencia 1 7 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Sistema carcelario, expresión de nuestra indolencia

Un reciente informe de la Personería de Cali describe con crudeza la situación que padecen los reclusos en las estaciones de policía, URI y la cárcel; para tener una primera idea del caso encontramos que en las 23 estaciones de policía que tienen cupo para 309 personas están hacinados 2.125 detenidos con los suplicios derivados de insuficiencia alimentaria, insomnio, desaseo y déficit sanitario, contagios y problemas graves de salud y hasta trastornos de ansiedad y depresión. En Cali considerando todo el personal privado de la libertad el sobrecupo es del 700%, es decir a nivel general se tiene un número de detenidos 8 veces superior al cupo disponible. Esta aberrante situación denunciada por la Personería municipal y difundida por los principales medios no ha tenido   respuesta adecuada por parte de instancias estatales, en sectores privados incluyendo la Iglesia la apatía y el silencio ha predominado, peor aún algunos sectores retardatarios se alegran de la tragedia del recluso.

Aunque a nivel nacional no se presenta el drama anterior, tenemos alto índice de hacinamiento especialmente en las principales ciudades, de ahí que en varias ocasiones la Corte Constitucional ha enviado exhortos al gobierno nacional sobre el particular. De otra parte la Contraloría General elaboró un estudio muy completo sobre el sistema carcelario en los últimos 20 años, concluyó que a pesar de los crecientes presupuestos en términos reales reflejados en infraestructura física y de personal, los índices de hacinamiento vienen creciendo de manera sostenida hasta situarse en 160%, este es el promedio pero las ciudades grandes y medianas tienen un hacinamiento mayor. El vice-contralor con funciones de Contralor General Carlos Zuluaga, además de criticar el fracaso de la política penitenciaria manifestó, “No basta con ampliar y aumentar las cárceles, mientras no se tengan reales alternativas de prisión y no se actúe sobre las causas primarias, nunca se obtendrá el objetivo central, es decir erradicar el hacinamiento. Dignificar y resocializar al recuso.”

El ex-ministro de Justicia Ozuna en los 2 últimos años logró detener las masacres cuando los reclusos se sublevaban, recordemos lo ocurrido en Bogotá, Soacha, Tuluá o Barranquilla que produjeron decenas de asesinatos, pero fracasó en reducir el hacinamiento y dignificar al preso. Y es que cuando el Contralor menciona, “ir a las causas primarias” indirectamente hace referencia a otras políticas como la laboral, pues mejorando las condiciones de empleo, éstas van a coadyuvar para que tengamos un sistema carcelario menos tortuoso. Pero en el programa laboral de Perro se propone más beneficios para quienes tienen contratos laborales y a los sindicalizados, algo injusto con quienes poco tienen pues el asistencialismo significa leves alivios que nada solucionan, además no dignifican a quien sobrevive en el rebusque.