No faltaba más en este escabroso camino para lograr la “paz total” que una alianza criminal para combatir la “competencia”. Me refiero al contubernio que pretenden establecer tanto los principales generadores de riquezas ilícitas, como de violencia, muerte y destrucción en nuestro hermoso, pero desigual país; me refiero a las narcoguerrillas que delinquen en el territorio nacional. Se revelan planes para unificar esfuerzos entre la “Segunda Marquetalia” y ELN para combatir al “Estado Mayor Central” (EMC) en toda la República. En realidad, de verdad la cadena del narcotráfico no para de ser un negocio rentable y jugoso, sumado a la gran cadena de la minería ilegal, actividad que genera dividendos diarios inimaginables.
Esta puja de poderes criminales, lo único que generan en la sociedad civil, es una profunda crisis humanitaria por desplazamientos forzados, asesinatos selectivos de líderes sociales y víctimas mortales por el uso indiscriminado de la instalación de campos minados.
Por otro lado, no vemos la rigurosidad de los mecanismos de verificación y monitoreo en los procesos de paz que en la actualidad hay en curso, por el contrario, cada vez encontramos más y más violaciones sistemáticas por parte de los grupos terroristas. Pareciera tema de nunca acabar, se vuelve repetitivo y hasta aburrido hablar del tema, pero no podemos desfallecer, en el momento que lo hagamos estaremos normalizando y aprobando el actuar de los sediciosos.
La semana que cursa está muy movida en temas de seguridad, reactivación de negociaciones con el EMC en su quinto ciclo en medio de una fractura interna, el incremento de las extorsiones en todo el país, sumado al asesinato de seis militares la semana anterior en un campo minado en la vereda la Coposa de Valdivia Antioquia, precisamente en una alianza criminal de la que se habla al inicio del artículo, la amenaza a ochenta familias firmantes de paz en San Vicente del Caguán, el avance terrorista en atentados con drones a tropas de la Fuerza Pública y el viaje del presidente Petro a la ONU que presentara el informe sobre el acuerdo final, mientras busca destrabar los diálogos que no pasan por el mejor momento.
Otro vacío que deja este entramado para lograr la paz es la falta de claridad en el alcance de la tregua, límites, pros, contras, condiciones, etc. Pero como van las cosas, la percepción general es que hacen lo que quieran con el desesperado anhelo de paz de los colombianos. ¡Palabra de Espartano!