FERNANDO POLO/LN
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Desde lo más profundo de los valles del río Suaza, los tejedores de sombreros sacan la palma de iraca para convertirla en finas hebras que dan forma a los sombreros. Esta tradición que nació por iniciativa de los artesanos del sur del Huila es hoy uno de los principales renglones de la economía del Municipio de Suaza.
Entre las familias de tejedores más destacadas están los Hurtado Escarpeta, quienes aprendieron el oficio de sus abuelos y hoy tienen una microempresa que les da empleo a 380 mujeres cabeza de hogar.
Las mujeres aprendieron a tejer y hoy con ese oficio consiguen el sustento para ellas y sus hijos. Las obreras hacen el primer tejido y Gerardo Hurtado Escarpeta, que es el heredero de la tradición se encarga de hacer los acabados aplicando todas las recomendaciones que aprendió de su abuelo y su padre.
“Mi padre, quien falleció hace ya 15 años nos cuenta que el abuelo fue el que le enseño a tejer. Tejían los sombreros y juntaban los que hacían durante unos dos meses, porque si el sombrero es de tejido fino uno se gasta hasta dos y tres semanas haciéndolo”, recordó Gerardo.
Con la producción de los dos meses de trabajo los Hurtado se venían desde Suaza para Neiva, unos tramos los hacían a lomo de mula y otros a pie. En Neiva tomaban tren para llegar hasta Girardot, Cundinamarca, el puerto sobre el río Magdalena más famoso y cercano que había a Neiva a principios del siglo pasado.
“Ellos iban al puerto de Girardot porque ahí llegaba mucho comerciante, especialmente de Panamá y de Bogotá, eran personas muy elegantes que apetecían los sombreros de palma de iraca por sus finos tejidos, a ellos se los vendían”, agregó Gerardo.
Desde entonces la tradición se ha mantenido, pero ahora los Hurtado viajan por todo el país mostrando los sombreros de Suaza, que son tejidos por mujeres cabeza de hogar y luego terminados por una descendencia de nietos, bisnietos y tataranietos del señor Hurtado, que llevan intrínseca la tradición del tejido de los sombreros de Suaza.
Toda esa tradición que encierran los sombreros de Suaza que ahora cuentan con denominación de origen, se puede apreciar en el Encuentro de Maestros Artesanos, que por estos días están en el recinto ferial La Vorágine, y que esta vez celebra su edición número 25 con una programación especial.
Gerardo Hurtado Escarpeta, logró crear una empresa en torna a la elaboración de los sombreros y les da empleo a 380 mujeres cabeza de hogar.
La destreza para elaborar los sombreros es la herencia que recibieron de sus abuelos los Hurtado.