La Nación
COLUMNISTAS

¿Somos la excepción en Suramérica?

La forma como están viendo internacionalmente a Sur América es realmente muy dolorosa: como una región entre el caos y la crisis. Y tienen razón: Brasil vive un capítulo angustioso de su historia, es decir, ha permanecido en una especie de caos y además está en medio de una crisis económica. Venezuela ya llegó a un límite increíble: solo dos días a la semana de trabajo en el gobierno para enfrentar su escasez energética, la gente no tiene lo básico así que de nuevo cumple con los calificativos anotados, caos y crisis. Argentina acusa a la expresidenta Cristina y en Chile, Michelle Bachelet no logra reponerse. Hasta Ecuador se enfrenta a dificultades económicas a pesar de que se reconoce que el Presidente Correa es al que mejor le ha ido entre todos los países del Alba.

La pregunta para nosotros los colombianos es si somos la excepción de este duro diagnóstico sobre la región a la que pertenecemos. La verdad es que si miramos objetivamente la situación actual se puede decir que en este momento sí podríamos ser. Nuestro eterno conflicto armado está en una fase que produce esperanza y nuestros indicadores económicos son mejores que los del promedio de nuestros vecinos. Pero…

El nivel de confrontación entre los dirigentes; la agresividad del debate; y sobre todo la oposición de un sector importante del establecimiento a ceder en algo sus privilegios y oponerse a la paz o a cualquier cosa que cambie su situación de privilegio, nos coloca en una especie de cuerda floja. El llamado del ex Presidente Uribe a la Resistencia Civil, acompañado por una parte de la dirigencia y también por otros sectores del país, crea una profunda incertidumbre sobre el futuro.

Hasta donde pueden llegar los que se oponen al proceso de paz liderado a todo costo por el Presidente Santos, es muy difícil de predecir. Pero en el fondo esto posiciona al debate público entre la guerra de Uribe y la paz de Santos. La historia colombiana pone a pensar al más sensato por qué este país y especialmente sus supuestos líderes, se han especializado en atacarse, descalificarse. Sin duda, el expresidente Uribe ha impuesto un estilo que no es precisamente el del diálogo sensato y respetuoso.

Por ello, sería muy importante que esta sociedad colombiana que vive tantos problemas diarios, conozca de primera mano cómo nos están viendo en el resto del mundo y ayuden a que realmente Colombia sea la excepción de la crisis y el caos que nos rodea tan de cerca. No podemos negar que sufrimos de algunos males parecidos y explosivos; empezando por la corrupción de nuestras elites empresariales que engañan al consumidor; por la inclinación de muchos a ser lavadores del dinero de la mafia; y sobre todo, por el total desprestigio de la política cuyos miembros hacen todo lo posible por ahondar día a día, su distancia con aquello que se supone deben representar: los intereses de los ciudadanos.

Ya lo que ha pasado nos perjudica, porque la inversión extranjera por ejemplo ya no nos está viendo a los países suramericanos como atractivos por estar llenos de incertidumbre y nosotros recibimos parte de esa percepción. Pero si la sociedad colombiana se mete en la vaca loca de dividirse aún más, sobre todo alrededor de la guerra o la paz, no solo no seremos la excepción sino que nos puede ir peor que a algunos de los vecinos. Por ello, llamemos a la serenidad y a reconocer el momento histórico que vivimos, del cual podemos todavía salir bien librados. Si todos ponemos.
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