La Nación
Subsidios a clase alta y dos fórmulas malignas 1 18 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Subsidios a clase alta y dos fórmulas malignas

Además de los graves problemas medioambientales, al parecer irreversibles, nuestro país presenta una compleja problemática socio-económica que se ha venido gestando desde hace décadas; aunque Petro ha tratado de introducir correctivos, desafortunadamente ha presentado muchas falencias en su estilo y esencia, además no falta el saboteo de los privilegiados opositores. Dado que son muchas las situaciones objeto de análisis, la temática debe limitarse por la brevedad de estos escritos. Actualmente se está discutiendo el presupuesto nacional de ingresos y gastos 2025, especialmente el déficit fiscal que difiere entre gobierno y opositores; al margen de la cuantía del déficit no puede negarse que se han cometido fallas que inciden en dicho déficit, es el caso de la creación del inocuo Ministerio de la Igualdad con presupuesto anual de $1.5 billones, sus funciones las podría desarrollar otros ministerios.

Especial atención merece el caso del subsidio a pensiones y gasolina; el   déficit por pago de pensiones es monumental, más de $50 billones, algo insostenible; se debe principalmente a dos motivos, la reducción del  porcentaje del empleo formal que se inició desde hace 30 años con el cambio de modelo económico que introdujo Gaviria; esto provocó que los aportes para pensión se redujeran pues ha venido aumentando notoriamente la informalidad y el rebusque; ha sido acertado conservar el subsidio a pensionados de bajo ingreso (diferencia entre el monto de pensiones y aportes pagados), pero debió suprimirse o reducirse para pensiones elevadas;  esto trata de corregir la reforma pensional de Petro, es decir trasladar de Colpensiones a fondos privados a los mega-pensionados. En cuanto al subsidio a la gasolina, se produce por la diferencia entre costo de producir un galón que era de $16.000 y su precio de venta que estaba en $10.000; es razonable el subsidio para servicio público pero no para vehículos costosos de alta gama y altísimo consumo, propiedad de personas adineradas; en vez de recibir subsidio, estas personas deberían pagar un impuesto especial. Anteriormente lo común eran los automóviles en el sector oficial y privado menos consumidores de combustible, actualmente la invasión de camionetas transformó la situación.

De otra parte están vigentes dos fórmulas matemáticas, herencias de Pastrana y Uribe que  han impedido controlar el aumento alarmante del pecio de la gasolina y la tarifa de energía; en el primer caso Ecopetrol debe comprar el barril de petróleo a empresas extractoras según el precio internacional, y en el segundo caso se estableció una fórmula para el precio del kilovatio pero se incluyó un parámetro asegurando un alto porcentaje de utilidad para las empresas de electricidad independientemente de las crisis socio-económicas, algo similar a los perversos contratos de responsabilidad compartida de la década de 1.990. Esta inflexibilidad leonina unida a fallas oficiales al constituir las comisiones reguladoras ha prolongado las discusiones y por tanto las soluciones.