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¡Suicídese o renuncie!

Es inevitable. Su destino depende de esta decisión. Cualquiera que sea su elección, ya nunca será el mismo. Un juego macabro donde la derrota está garantizada.

¡Suicídese o Renuncie! Es la decisión que debe tomar un Médico Residente cuando inicia estudios de especialización en la Universidad Surcolombiana. “Transite bajo su estricta responsabilidad”, es el mensaje para aquellos que elijan continuar un viaje lleno de acoso y maltratos.

Continuar es dedicarse a sobrevivir a los horrores de la persecución, las humillaciones y el acoso que un grupo de “especialistas” del Hospital General de Neiva que a su vez son docentes de la Universidad Surcolombiana obliga a soportar a los Médicos Residentes.

El infierno inicia desde el primer día, – el trato es como en el ejército, – se impone el acoso, las humillaciones, la grosería, la burla, los comentarios machistas hacia las mujeres, misoginia, los turnos prolongados como castigos, todo esto disfrazado de una supuesta disciplina para perros que está lejos de crear hábitos, forjar talento y cualidades para el ejercicio de la Medicina.

Abandonar un sueño o el proyecto de vida es muy difícil, tal vez esto es lo que lleva a los Médicos Residentes a tomar la decisión de continuar incluso sabiendo que ese camino más adelante puede unir su sueño con la desgracia. La derrota es inevitable, el precio de ser Especialista es el sacrificio de la salud mental, las secuelas son similares al soldado que llega de la guerra.

Antes de quitarse la vida (17 de julio), la doctora Catalina Gutiérrez Zuluaga (Q.E.P.D), estudiante de primer año de especialización en Cirugía General de la Universidad Javeriana dejó una nota: “A todos los residentes gracias, de cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón. ¡Ustedes sí pueden! Ánimo. -CGZ-”.  Sólo ella y Dios saben la angustia, tristeza, desesperación e impotencia que pudo haber estado sintiendo en ese momento para tomar la fatal decisión. Desde entonces hay una avalancha de denuncias de los Médicos Residentes en todo el país contando las aberraciones a las que son sometidos.

Diariamente se suicida un médico en Estados Unidos (estudio 2018), la tasa de suicidios de los médicos es la más alta de todas las profesiones y de la población en general, mientras tanto las autoridades de la Universidad Surcolombiana, el Hospital Universitario de Neiva y los entes de control miran para otro lado y en muchos casos protegen a los acosadores revictimizando a los Médicos Residentes y justificando el maltrato.

La familia y amigos de los Médicos Residentes deben estar atentos. Hablar, compartir y estar pendientes de su salud mental es indispensable. Ellos siempre van a mostrarse fuertes, les cuesta pedir ayuda.

Los victimarios son “especialistas” en tortura psicológica que llevan muchos años atormentando Médicos que ingresan ilusionados por cumplir su sueño. Los residentes se encuentran con “doctores” que sistemática y plenamente conscientes se dedican a destruir sus vidas. Disfrutan del daño que ocasionan. Para ellos no puede haber impunidad.