Rodrigo Villalba Mosquera
Por estos días el mundo está expectante ante el significativo número de sismos que se vienen presentando en todas las latitudes, movimientos telúricos que en algunos casos han generado tragedias de proporciones mayores, como el ocurrido recientemente en México, con una magnitud 7,1 y otro de 8.2 en la escala de Richter. En el mundo están identificados los países con mayor riesgo de terremotos: Chile, Indonesia, Japón, Rusia, Estados Unidos, Islandia, México, Perú, Nueva Zelanda e India. En algunas de estas naciones, caso Chile, se dice que tiembla todos los días y por lo mismo sus habitantes ya están acostumbrados y los gobiernos preparados para enfrentarlos.
En Colombia según Ingeominas los departamentos con mayor riesgo son Chocó, Risaralda, Quindío, Caldas, Valle del Cauca, Cauca, Nariño, Putumayo, Huila, Santander y Norte de Santander, considerados como de nivel alto. En los departamentos de Caquetá, Meta, Casanare, Arauca, La Guajira, Magdalena, Bolívar, Sucre, Córdoba, Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Tolima la amenaza es de nivel intermedio. Podemos decir que todo el país tiene riesgo sísmico, con el agravante que no estamos preparados para enfrentarlo.
Para el caso del Huila un estudio de la Universidad Nacional identificó que 15 cabeceras municipales están localizadas muy cerca de fallas geológicas activas: Neiva, Acevedo, Algeciras, Agrado, Aipe, Baraya, Colombia, Garzón, Guadalupe, Argentina, Pital, Suaza, Teruel y Tesalia.
Como vemos gran parte del mundo, Colombia y en especial nuestro Huila, están expuestos a un riesgo elevado, que ahora se ha convertido de manera recurrente. Tiembla más la tierra. Porque?. Amerita acciones urgentes para investigar el fenómeno, pues está de por medio vidas humanas y la estabilidad del planeta. No podemos soslayar lo que está ocurriendo. No hay duda de la relación cambio climático y movimientos sísmicos, algo que para muchos científicos tiene más que lógica. Cuando se habla de los efectos del calentamiento global, las consecuencias son sequías, desertificación, aumento del nivel del mar e inundaciones. Sin embargo, científicos habrían probado que el aumento de la temperatura en la tierra podría iniciar fenómenos como terremotos, tsunamis, avalanchas y erupciones volcánicas.
“Enterrar el carbono”, dice Ernest Major, sismólogo dela Universidad de California, EEUU, “podría dar lugar a un cambio sensible en la corteza terrestre y desatar temblores y terremotos”. Esto es precisamente lo que están haciendo muchas industrias del mundo, enterrando los residuos de CO2.
No hay ninguna duda de que hay que tomar acciones para enfrentar el fenómeno que afecta el orbe, labor de los organismos multilaterales. Y en el país urge una directiva por la autoridad competente, para que alcaldes y gobernadores modifiquen sus planes de desarrollo donde dispongan acciones y recursos de manera prioritaria para la prevención, mitigación y atención de emergencias que puedan presentarse a raíz de lo aquí planteado.
En el presupuesto bianual de regalías hay unos recursos que pueden contribuir a este propósito. La Procuraduría debe estar atenta.