El Templo de Fuego descubierto en Lima, un centro ceremonial subterráneo que se cree tiene unos 5.000 años, revela ritos y creencias de las más antiguas civilizaciones en América, que se asentaron en esta región del continente. LIMA, AFP El Templo de Fuego descubierto en Lima, un centro ceremonial subterráneo que se cree tiene unos 5.000 años, revela ritos y creencias de las más antiguas civilizaciones en América, que se asentaron en esta región del continente. El templo se ubica a un costado de la pirámide central del complejo arqueológico ‘El Paraíso’, el más grande y más antiguo de los hallados en Lima, que estaba dirigido por sacerdotes e integrado por otras estructuras monumentales y plazas arquitectónicas que se extendían a lo largo de cincuenta hectáreas. “El Templo del Fuego tiene en su interior un fogón cuyas llamas servían para quemar ofrendas, mientras que el humo ayudaba a conectarse con los dioses y sacerdotes”, comentó Marco Guillén, jefe del equipo de arqueólogos que trabaja en el sitio. Este descubrimiento configura a la actual región de Lima como un foco civilizatorio en América, dijo el investigador. “Tiene particular importancia porque es la primera estructura de este tipo que se encuentra en la costa central, lo que corrobora que la región Lima fue uno de los focos de la civilización en el territorio andino”, señaló por su lado el viceministro peruano de Cultura, Rafael Varón. Se estima que este templo, como otras estructuras en el complejo, dataría de unos 3.000 años antes de Cristo, según el equipo de arqueólogos, que aún está llevando a cabo los estudios correspondientes de análisis de radiocarbono para determinar la antigüedad. “Al templo se ingresaba por una pequeña entrada de 48 centímetros de ancho. En el interior había un piso en desnivel, con el fogón de las ofrendas en el centro. Los muros son de piedra y están revestidos con barro fino de color amarillo y sobre esa capa se han encontrado restos de pintura roja”, detalló Guillen. “El fogón es una especie de hoyo de arcilla sobre el cual se quemaban ofrendas marinas, agrícolas y semillas”. La construcción es rectangular, de unos seis metros de ancho por ocho metros de largo, aunque el sitio ceremonial es pequeño y se cree que ingresaban sólo una o dos personas, indicó el investigador. El hallazgo, que se anunció ayer martes, se realizó a mediados de enero cuando se retiró una capa superficial de arena y piedras que cubría el centro ceremonial. Expertos señalan que el hallazgo indica que las comunidades que habitaban allí están entre las más antiguas en el continente.