El rey de los belgas, el príncipe heredero de Holanda y la princesa Máxima se unieron a miles de personas en una pequeña ciudad de Bélgica para rendir tributo a los niños muertos en un accidente en Suiza cuando volvían de un viaje de esquí. LOMMEL, Bélgica (AFP) El rey de los belgas, el príncipe heredero de Holanda y la princesa Máxima se unieron a miles de personas en una pequeña ciudad de Bélgica para rendir tributo a los niños muertos en un accidente en Suiza cuando volvían de un viaje de esquí. “Toda Bélgica está triste”, dijo el cantante y presentador de televisión Bart Peeters al iniciar la ceremonia de tributo a las 28 víctimas, de ellas 22 niños, ante la presencia del rey Alberto II y la reina Paola, y también del príncipe heredero de Holanda, Guillermo, acompañado de la princesa Máxima, de origen argentino. Miles de personas de la pequeña ciudad fronteriza de Lommel se congregaron para la ceremonia ante una gigantesca sala de espectáculos, en medio de un pinar. La adolescente Frayeke Verheyen fue una de las primeras en llegar. “Vine a acompañar a dos amigos que perdieron a su hermana; ella estaba en el autobús. Estoy triste, al igual que todo el mundo en esta ciudad. Aquí ya nada es como antes”, dice la joven. Quince niños y dos adultos de esta tranquila ciudad murieron en el terrible accidente del 13 de marzo que conmocionó a Bélgica y a Suiza. La ciudad belga de Heverlee también rendirá homenaje a los siete niños y dos adultos fallecidos que residían en esta localidad. La tragedia ocurrió cuando un autobús se estrelló en un túnel de Sierre, en el cantón suizo de Valais, provocando la muerte de 28 personas, de ellas 22 niños de cerca de 12 años. Odile Dievens, de unos sesenta años, explica que toda la ciudad de Lommel “lloró” la pérdida de los 15 niños, de su maestra y la acompañante. “A las 5 de la mañana, ya no podía dormir. Pensaba en los padres, las madres, la familia, es tan triste, todo el mundo está triste”, cuenta mientras hace cola para ingresar a la sala. El silencio dominaba la ceremonia, a medida que llegaban los miembros de la realeza, entre ellos los príncipes de Holanda, que quisieron rendir homenaje a las seis víctimas holandesas de la tragedia, pese a que el príncipe Johan Friso, segundo hijo de la reina Beatriz de Holanda, se encuentra hospitalizado tras ser herido de gravedad por un alud de nieve el 17 de febrero en los Alpes austríacos. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y los mandatarios belga Elio Di Rupo y holandés Marc Rutte, también viajaron hasta la pequeña y tranquila ciudad. Allí ya nada será lo mismo, opinaron Linda Cornette y Rik Geuens, una pareja de jubilados. “Todo el mundo habla de lo que pasó”, explica Linda. El homenaje es importante, pero “¿Qué pasará después?”, se preguntan. Los muros y la verja del anfiteatro estaban cubiertos de mensajes de apoyo a las familias. Dibujos, cartas y juguetes. “Descansa en paz”, “jamás te olvidaremos”, “¿Por qué, Por qué?”, se leía. Una pantalla gigante a la entrada del edificio mostraba las fotos de los niños. El pasillo estaba rodeado de globos blancos. A las 10H30 comenzó la ceremonia y el monarca belga saludó, emocionado, a cada uno de los familiares de las víctimas. Investigadores de Suiza viajarán en las próximas horas a Bélgica para interrogar a los pasajeros que sobrevivieron