En la historia se han dado un sinnúmero de experiencias pacifistas. En medio de las guerras que siempre acechan, diversos sectores de la sociedad se han resistido de formas no violentas. Estamos en una época con alta intensidad de violencia, conflictos internacionales toman impulso y en países como Colombia los actores armados se reacomodan y se afincan en algunos territorios a través del terror que provocan las armas. Frente a la zozobra, la opinión pública exige presencia militar del Estado, una fórmula repetidamente fracasada.
Hablar de pacifismo cobra mucho sentido y nos puede llevar a imaginar formas para enfrentar las situaciones de violencia. Las experiencias pacifistas han demostrado ser eficaces, se han convertido en fuerzas capaces de frenar las armas más letales. En el marco de los procesos de resistencia no violenta podemos encontrar lo que hicieron Mahatma Gandhi, las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina o las madres de Soacha en Colombia; se trata de acciones radicales contra aparatos militares dedicados a matar. El pacifismo es el despliegue del lenguaje para elaborar un discurso que configura sentidos y simbologías con potencial de producir resultados importantes y efectivos para avanzar hacia la dignidad y la justicia. Las consecuencias de las guerras no solo las viven las generaciones que las padecen; los dolores se transmiten a las personas que nacen luego y se convierten en algo difícil de comprender. Una parte de nuestros antepasados habita en nuestro ser y, por eso, conocer su historia significa conocernos a nosotros mismos. Ese espíritu que nos habita tiene que ver con las experiencias heredadas, lo que la biología ha denominado epigenética. ¿Qué hacer en Colombia con nuestra herencia de guerras prolongadas?
¿Qué nos lleva a seguir insistiendo en la guerra? ¿Cuáles son las consecuencias de continuar con las guerras? ¿Cuál es la relación entre las nuevas formas de vida, la sociedad de mercado, la era digital y la violencia? ¿Qué hace que, en un momento de avance tecnológico y científico, aún se den guerras y violencias que devastan la humanidad? Invito a conocer las experiencias de esos grupos que se han decantado por el pacifismo como una forma de habitar el mundo; quizá allí podemos encontrar fuentes de inspiración para imaginar salidas a las violencias de todo tipo que día a día asesinan una parte del ser de cada uno de nosotros.