La Nación
Tolstói, la guerra y la paz 1 17 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Tolstói, la guerra y la paz

Lev Tolstói, escritor ruso, fue uno de los primeros reporteros de guerra modernos. Luego de cubrir el sitio de Sebastopol ocurrido en el marco de la Guerra de Crimea (1853-1856), Tolstói asumió una postura radical en contra de la violencia y se convirtió en el apóstol del pacifismo. Sus narraciones se salieron del canon del periodismo de guerra por adentrarse en las consecuencias más devastadoras de los conflictos armados para los seres humanos. Fue censurado, pero esto no impidió que de su experiencia como reportero emergiera uno de los más grandes pensadores de la historia. Tolstói llegó a la guerra siendo una promesa de soldado valeroso y salió convertido en escritor y defensor de la no violencia.

A pesar de que la guerra es una desgracia para aquellos que la viven, en diferentes latitudes del globo, incluyendo a Colombia, es un fenómeno que persiste. Hay un olvido permanente de las consecuencias que ha dejado el belicismo. La historia se repite. Frente a este hecho, leer los reportajes de Tolstói nos permite mantener la conciencia sobre las tragedias producidas por las guerras e insistir en la necesidad de escenarios pacíficos y democráticos. El pensador ruso hace una introspección en los personajes de las guerras para indagar por sus motivaciones. Así, se revela ante el mundo como “el reportero del alma”, cuyo destino serían las letras. Cuando le consultaron sobre la estrategia para humanizar la guerra, que derivaría en las Convenciones de Ginebra, el apóstol de la no violencia respondió que esto era peor que provocar un conflicto bélico. Su postura era la desobediencia civil y la no cooperación, inspirado en pensadores como Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau, los trascendentalitas norteamericanos que planteaban que todo el universo se podía encontrar en el interior de cada persona.

Mohandas Gandhi, inspirado en su amigo Lev Tolstói, puso en práctica la resistencia no violenta y probó la fuerza de este tipo de acción política. Para Tolstói había dos tipos de reformadores: los que querían transformar al mundo sin transformarse a sí mismos y los que se transformaban primero a sí mismos. La mayoría pertenece a los primeros. Algunos como Gandhi, a los segundos. En su libro La fuerza de la no violencia, la pensadora estadounidense Judith Butler critica a aquellos que piensan que la no violencia es igual a quedarse inactivo frente a una circunstancia violenta y observa que, por el contrario, esa acción posee una fuerza contundente. El libro también cuestiona a quienes nos han dicho en la historia que no es posible vivir sin guerras y plantea la urgencia de activarnos como sujetos de paz para promover estadios más democráticos.