Francamente decepcionante, triste y con evidentes signos irregulares lo que está pasando con una de las obras públicas más importante que se está construyendo – o se estaba – en el departamento del Huila en los recientes años. Francamente decepcionante, triste y con evidentes signos irregulares lo que está pasando con una de las obras públicas más importante que se está construyendo – o se estaba – en el departamento del Huila en los recientes años. El inaceptable atraso que presenta la denominada Torre Materno-Infantil y de Alta Complejidad debe suscitar las más agudas y serias investigaciones de todos los organismos de control, adicionales a la caducidad del contrato que ya ha empezado a ejecutar la administración del mismo Hospital como contratante. Las oportunas denuncias de LA NACIÓN desde el año pasado, cuando se detectaron los primeros atrasos, prendieron las alarmas del Gobierno seccional y del Hospital pero de poco o nada sirvieron las advertencias, ultimátum y requerimientos tanto del contratante como de la interventoría por los reiterados incumplimientos. Y al igual que ha ocurrido con la otra gran obra estatal, el distrito de riego Tesalia – Paicol, el contratista se ha limitado a usar los dineros del anticipo para adelantar alguna parte del proyecto y ni un solo peso ha salido de las arcas de la firma privada para acelerar el cronograma. Y en los dos casos están involucradas empresas españolas, lo que supuestamente garantizaba flujo de caja, experiencia y seriedad. Todo lo contrario, por lo cual habrá que investigar a fondo de dónde o cómo, el consorcio Herreña Fronpeca – Lopesan certificó en su propuesta para ganar el contrato, que tenía una liquidez de una vez y media del valor del contrato, una capacidad de endeudamiento del 50% y un capital de trabajo igual o mayor al 60% del contrato. Pero a la hora de la construcción esos recursos no se han visto para nada reflejados en las obras. Estamos hablando, hay que decirlo con fortaleza, no sólo del dinero de los contribuyentes involucrado aquí; sobre todo se trata de una obra absolutamente necesaria y urgente para contrarrestar los alarmantes indicadores de mortalidad perinatal, una de las más altas del país, para el Huila y la zona de influencia del Hospital, esto es los departamentos de Caquetá, Putumayo, norte del Cauca y sur del Tolima que recurren a sus servicios en Neiva. No tenemos ninguna duda de las buenas intenciones del entonces gobernador Luis Jorge Pajarito Sánchez para adelantar el proyecto; por supuesto que se trata de una obra a cual más importante y esencial para la región, que nos pondrá – cuando se termine – en primera línea de los servicios de atención en salud para los más pequeños e indefensos en el país. Otra cosa muy distinta será evaluar cuánta rigurosidad, celo y cuidado se tuvo en el proceso de licitación que terminó con la adjudicación de la obra a los empresarios españoles, al igual que verificar a qué nivel de exigencia se ha manejado la interventoría. Lo cierto es que se declaró la caducidad. Que las consecuencias sean ejemplares pero lo más importante es que se busquen las alternativas para garantizar que la obra se termine. “Que las consecuencias sean ejemplares pero lo más importante es que se busquen las alternativas para garantizar que la obra se termine”. Editorialito En buenahora la Secretaría de Tránsito de Neiva inició una campaña para recuperar los semáforos fuera de servicio, muchos de ellos por accidentes. Ojalá que la iniciativa sirva para sincronizarlos, asegurando que los tiempos de espera no sean una eternidad que afectan la movilidad.