La cultura occidental trae consigo el uso del vehículo individual, privado y contaminante para la distinción o para erigirse ante el “otro” como algo “mas”: Un modelo de transporte colectivo diseñado para los usuarios egoístas y arribistas. El otro, el peatón – el caminante – se conforma con el andén, incomodo y peligroso: las aceras de la Carrera 4 – centro de Pitalito – no tiene más de 2 metros de ancho y en pésimo estado: lleno de trampas y peligros para el ciudadano laboyano. Y el “otro”, el que va en transporte colectivo – Busetas- viejo e incomodo. Sumemos al problema, al vendedor informal franqueando de modo peligroso sobre las calles entre autos y motocicletas; alguien me dijo: “Pitalito se parece a una ciudad de la India, mire la película Slumdog Millionaire, ¡igualita!”, le respondí: “Hermano para allá vamos, si no nos ponemos pilas, y seguimos con los mismos con las mismas”. Las administraciones municipales colombianas atraviesan un proceso neoliberal de privatización de los servicios sociales y de infraestructura, problema asociado y acrecentado al fenómeno de las clientelas. Uno de los resultados: El pésimo manejo que se le ha dado, en estas últimas administraciones, al manejo de la movilidad y mantenimiento a la red vial en Pitalito. Esto genera problemas graves en la competitividad, productividad y calidad de vida de la comunidad laboyana. A partir de nombramiento del nuevo Secretario de Tránsito, visualicé a un Pitalito caótico y congestionado; antes, realmente no lo percibía. A pesar de lo anterior, propongamos salidas audaces, creativas y económicas: – Motivar y concienciar a los ciudadanos laboyanos que son dueños de automóviles que visiten el centro sólo cuando sea absolutamente necesario y desarrollen nuevos hábitos de transporte: el uso de la bicicleta (estacionamientos seguros para bicicletas) o como caminantes, “gocemos a Pitalito”. – Medidas restrictivas para el uso del automóvil privado en las calles más transitadas: camiones de carga pesada, el no tránsito de automóviles privados en la avenida del estudiante en los momentos de llegada y salida de los jóvenes. – Un sistema integral de transporte alternativo y sostenible: peatonal, ciclovías y motos. Peatonalizamos a Pitalito y llenémoslo de parques recreativos, no los vendamos. Si es posible que esta política se reglamente y direccione a través de un Acuerdo Municipal. – Evitar el parqueo incorrecto de automóviles en las calles principales y consolidar parqueaderos aledaños del municipio (por ejemplo al frente de Empitalito). – Algunos semáforos no funcionan y la señalización es inexistente. Pitalito debe ser racional e inteligente en estos momentos de un crecimiento urbano desordenado y desbordado. Esperemos que el nuevo Secretario de Tránsito sienta a Pitalito como suyo.