El joven Andrés Felipe Ospina Silva, al parecer en estado de embriaguez, murió al chocar el automóvil que conducía contra un árbol, cuando regresaba a su casa en el centro de Neiva.
El trágico accidente ocurrió hacia las siete de la mañana de ayer en el sector de la Avenida La Toma con Carrera Quinta, a escasas cuadras de la vivienda de la víctima y frente a la sede del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).
Ospina Silva, de 26 años de edad y a quien sus allegados le decían ‘El Negro Ospina’, se movilizaba en el automóvil Chevrolet Spark GT, de placa CGO-763, rumbo a su casa en el conjunto El Escorial, ubicado en la Avenida La Toma con Carrera Séptima, después de haber departido con amigos en discotecas de la capital huilense. “Estaba al parecer bastante alicorado”, dijo una fuente oficial que participó en la inspección judicial.
Según las versiones de testigos a las autoridades, el joven cuando llegó al semáforo de la Carrera Quinta iba con exceso de velocidad y la pequeña subida para ingresar a la parte adoquinada, el vehículo se le sale de control y termina contra un árbol.
“El presunto exceso de velocidad que lleva y la subida del adoquín origina que el carro tome una especie de vuelo, se sale de control, va hacia el andén y colisiona contra un árbol del andén del conjunto residencial y da un giro quedando el vehículo como si hubiera ido en contravía”, explicó un agente de tránsito.
El fuerte impacto del carro contra el árbol originó que Ospina Silva se golpeara la cabeza contra el volante y muriera por el trauma severo que sufrió. “El joven presenta trauma craneoencefálico severo”. El impacto además desbarató la parte delantera del automotor.
Trabajaba con los papás
Al sitio llegaron allegados y amigos, quienes conmocionados lamentaron el trágico accidente del joven, con quien compartieron horas antes.
Andrés Felipe, quien estudió en varias universidades de la ciudad y no terminó ninguna carrera, había salido de cursar una tecnología en Ecapetrol. “Era un muchacho jovial, divertía a los amigos y era compañerista”, dijo uno de sus mejores amigos.
El joven además se dedicó a trabajar en la empresa de seguridad industrial que tiene su progenitor William Ospina. “Él trabaja en la empresa cobrando facturas”, manifestó el amigo.
Recordó que los fines de semana Andrés Felipe se quedaba solo en la casa. “Los papás cada fin de semana se iban para la finca en La Ulloa (Rivera) y la hermana (Catalina) estudia en Bogotá”.
El cuerpo sin vida fue trasladado a la morgue de Medicina Legal, donde hoy será entregado a la familia que lo velará en la funeraria Emcoserfun.