Reflexiones del Comandante
Mucho se ha dicho y opinado en diversos círculos institucionales, sociales y académicos respecto a las grabaciones de los procedimientos donde intervienen autoridades policiales, actividad que se ha realizado desde el surgimiento de medios portátiles para obtener archivos audiovisuales. Actualmente, es una facultad tanto del ciudadano como de los miembros de la Policía Nacional, consagrado en el artículo 21 del Código Nacional de Policía y Convivencia.
Es entonces necesario analizar esta herramienta a partir de dos perspectivas: desde el ámbito de la transparencia, donde el material bien sea audios, videos o fotos son prenda de garantía de la realidad fáctica en un procedimiento, que involucra en este caso a uniformados de la Policía Nacional y uno o varios ciudadanos, pudiendo en determinado caso, ser la prueba de una buena o mala actuación por una u otra de las partes, ante una autoridad judicial, disciplinaria o administrativa.
La otra perspectiva es la mediática, donde se hace uso de las redes sociales y portales web para la difusión de imágenes y videos de tales procedimientos. Sin embargo, se nota una tendencia a la socialización de videos que, dada la facilidad de medios tecnológicos existentes hoy día para su edición y manipulación, muestran sólo cuando se hace uso de la fuerza, y se omite la acción o el comportamiento que la causa. Para el ciudadano que accede a estos contenidos es inevitable hacerse una imagen negativa de la Institución.
De esta situación el objetivo más importante es por supuesto el desarrollo de los procedimientos policiales con absoluta transparencia, lo que no implica que no se haga uso de la fuerza, si no que ésta sea resultado de un juicio in situ de proporcionalidad e idoneidad, para lo que estamos capacitados todos los policías como titulares exclusivos de su uso legítimo, pues de lo contrario cómo actuaríamos frente a las amenazas y acciones que ponen en riesgo la vida, honra y bienes de todos los ciudadanos.
Asimismo, dejar en claro que ningún uniformado puede impedir la grabación de su procedimiento, de hecho, somos los más interesados en que estos queden registrados y por eso ya se están haciendo pruebas para el uso de algunos dispositivos tecnológicos con ese propósito. Finalmente, es necesario que el ciudadano sea un veedor objetivo de la actividad policial, y que dentro de ese ideal, el primer contacto para informar posibles irregularidades sean los canales establecidos por la Institución o las autoridades competentes, las cuales estamos en toda la disposición de atender y resolver las dudas antes de hacerlas públicas, principalmente garantizando el derecho a la libre expresión y transparencia en la difusión de información.