Un juez absolvió ayer al ganadero antioqueño, Santiago Uribe Vélez, de los delitos de homicidio y concierto para delinquir. Durante 20 años, el hermano del expresidente Álvaro Uribe fue investigado por, supuestamente, haber integrado el grupo paramilitar ‘Los 12 apóstoles’
Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez, fue absuelto de los cargos de homicidio y concierto para delinquir por un juez. En un fallo de primera instancia, se le absolvió de responsabilidad en la creación y financiación del grupo paramilitar conocido como Los 12 Apóstoles, que perpetró actos de violencia en municipios de Antioquia como Yarumal, Angostura, Briceño, Campamento y Valdivia durante la década de los noventa. Este grupo criminal, surgido supuestamente en respuesta a una lucha contra la subversión, contaba con la complicidad de la Fuerza Pública y dejó tras de sí más de 300 homicidios selectivos, según la Fiscalía.
Uno de estos crímenes fue el asesinato del conductor de chiva Camilo Barrientos, quien fue acribillado el 25 de febrero de 1994 por dos de sus pasajeros en la carretera entre Yarumal y Campamento. Los 12 Apóstoles acusaron falsamente a Barrientos de ser guerrillero. Santiago Uribe Vélez fue exonerado también en este caso, a pesar de que la acusación señalaba que había ordenado el asesinato al considerarlo un cómplice de los grupos guerrilleros.
La acusación
La Fiscalía General de la Nación inició una investigación que reveló que en los años ochenta un grupo de empresarios y comerciantes de Yarumal decidió formar un grupo armado para protegerse de la guerrilla. Este grupo se financió con grandes sumas de dinero destinadas a la compra de armas y otros recursos necesarios. Durante su operación, Los 12 Apóstoles recibieron el apoyo de miembros de la Fuerza Pública, quienes también recibieron compensaciones económicas a cambio de respaldar las actividades ilegales del grupo en contra de individuos percibidos como subversivos.
Las indagaciones comenzaron en 1995, cuando la Fiscalía regional de Medellín abrió un caso contra Uribe Vélez a raíz de varios crímenes que salieron a la luz. Un acta del consejo de seguridad del 12 de diciembre de 1995 mencionaba la existencia de un grupo de “limpieza social” en Yarumal, que generaba miedo en la comunidad. A partir de entonces, la Fiscalía recopiló testimonios de personas que, por razones de seguridad, solicitaron el resguardo de su identidad, quienes afirmaron que Santiago Uribe, otros ganaderos, miembros de la policía y hasta un sacerdote se habían reunido para formar un ejército privado en Yarumal.
Entre los testimonios más relevantes, según documentó el periódico El Espectador, se encuentra el de Alexander Amaya Vargas, un ex agente de policía en Yarumal, quien reveló, bajo reserva de identidad el 9 de agosto de 1996, que había participado en una reunión en la hacienda La Carolina, propiedad de la familia Uribe Vélez, donde estaban presentes miembros de Los 12 Apóstoles, incluido Santiago. Amaya acusó que Santiago y otros ganaderos financiaban las actividades criminales del grupo.
A pesar de esta declaración, las autoridades cerraron el caso contra Uribe Vélez en 1999. Sin embargo, en 2010 un testigo clave, el mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses, reabrió la investigación, señalando que, al asumir el mando de la Policía en Yarumal en 1993, su predecesor le comunicó la necesidad de colaborar con un “grupo de personas que hacía limpieza social”.
Legalidad de las pruebas
La Fiscalía también admitió una grabación que Meneses proporcionó, la cual reveló que el coronel retirado Pedro Benavides estaba tan involucrado con Los 12 Apóstoles como Santiago Uribe. A pesar de la controversia sobre la legalidad de la grabación, esta prueba fue incorporada en el juicio. Meneses ha reiterado su testimonio ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en busca de beneficios judiciales y actualmente enfrenta una condena de 27 años de prisión por el asesinato del conductor de chiva en Yarumal.
Otro testimonio clave para la Fiscalía fue el del campesino Eunicio Pineda, quien trabajó en la hacienda La Carolina, en los noventa. Este hombre dijo haber visto allí a civiles uniformados que poseían radios y armas, y que se reunían con la Policía. Pineda, exiliado en Europa, declaró que antes de salir del país supo que lo querían matar “porque conocía que en La Carolina se había conformado un grupo armado ilegal”. Aseguró que, en 1994, miembros de Los 12 Apóstoles lo retuvieron en Yarumal mientras viajaba en un bus. Luego de eso, le arrancaron todos los dientes con un alicate y le dispararon por la espalda. Pineda cuenta que logró escapar, se escondió y encontró trabajo en distintas fincas de Antioquia y Quindío.