Algunos lo vieron avanzar sin conductor con un resplandor sospechoso en una de sus locomotoras. Lanzado a toda velocidad en medio de la noche, el "tren fantasma" se descarriló y explotó con su carga de petróleo en la localidad canadiense de Lac-Mégantic, dejando al menos cinco muertos y 40 desaparecidos.
El convoy de 72 vagones y cinco locomotoras, cargado de petróleo, partió de Montreal, 250 km al oeste, rumbo al puerto de Saint-John, en la costa atlántica de Nueva Brunswick.
Pero su último destino fue la calle principal de Lac-Mégantic, una pequeña localidad de 6.000 habitantes ubicada al pie de las montañas Appalaches, arrasando dos kilómetros cuadrados.
En esta región de bosques cerca de la frontera con Estados Unidos, el cielo es tan claro que los astrónomos acuden a un observatorio vecino. Su historia está estrechamente vinculada al tren, que trajo a centenares de colonos a fines del siglo XIX.
Tan es así, que el lema de la ciudad es "De las vías a la Vía Láctea", dijo a la AFP Remi Tremblay, director de L'Echo de Frontenac, el periódico local. "Este lema estaba en las banderas que adornan la calle principal … pero probablemente se derritieron."
Después de algún tiempo, el tráfico ferroviario aumentó notoriamente, indicó. "Había cada vez más trenes de carga, lo que era motivo de preocupación", dijo el periodista, quien tuvo que abandonar su casa al igual que otros 2.000 habitantes.
Casi 24 horas después del accidente, que dejó un muerto, un herido y 80 desaparecidos, los vagones cisterna siguen en llamas y lanzan una humareda negra que cubre los alrededores.
"Un muro de fuego"
Los habitantes, shockeados, llegan al vallado policial en busca de información, en busca de tranquilidad. Y se alimentan los rumores del "tren fantasma".
"No tenía conductor", afirma un joven a sus amigos, reunido en una pequeña tienda de comestibles llamada providencialmente "Punto de ayuda, su reparador".
Aún se desconoce la causa del accidente, pero la compañía estadounidense The Montreal Maine & Atlantic, propietaria del tren, dijo que antes de la catástrofe, el convoy de vagones cisterna había estado inmovilizado en el pueblo vecino de Nantes para realizar un cambiar tripulantes.
Por razones desconocidas, "comenzó a avanzar por la pendiente hacia Lac-Mégantic" pese a que se activó el sistema de frenos, dijo el portavoz de la compañía, Christophe Journet. Por tanto, "no había conductor a bordo del tren" cuando se descarriló.